Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2009

Escritores y países

"Small countries often rebuff their own writers" Adam Zagajewski The defense of ardor ("Los países pequeños a menudo rechazan a sus propios escritores")

Invitación a espectáculo poético: Himnos sacros y canciones paganas

Haga click en la imagen para agrandar. Luis Antonio Bedoya, escritor y músico, se lanza en una aventura arriesgada. Así, este viernes 27 de marzo, a las 8:00 p.m., en el Teatro de la Danza, en el CENAC, presentará el drama poético Himnos sacros y canciones paganas , basado en textos y música de su autoría. Quedan cordialmente invitados. Aprovecho, además, para presentar uno de sus poemas: La memoria Hay luces, allá a lo lejos; parecen luces de calderos, el poeta queda absorto ante las broncíneas lumbres, fuegos de espadas languidecentes, embebidas de sangre: erial de las lágrimas acunadas en el fuego, polvo cálido de rojas transparencias que dibuja, sobre el negro pontón de la noche soberbia, los símbolos, las insignias, los gallardetes y el misterio. ¡Ah, el misterio se puebla de luces bermejas que semejan el polvo de la roja luna! El poeta acuna en el fuego el tránsito quieto de las lágrimas, los símbolos, las insignias. Se ha emprendido el viaje y el mundo. No mirar al corazón que

Petición (de un hombre muerto)

Ha muerto un hombre hoy. Era un hombre bueno ese que hoy ha muerto. Ustedes me preguntan qué quiero, qué quisiera este viejo leñador de sombras, este pasajero incansable de la noche. Nada... o casi nada... Al menos eso vendría a ser un recuento. Quiero el potrero de mi madre, cuando el pasto era capaz de cubrirme; el patio de la primera casa, donde había arena y tempestad; las casas vecinas, las cuales no me dejaban visitar; la casa de los peones donde hube de esconderme más de una vez; el silencio de mi madre o la furia de mi padre. Quiero el misterio de mis dedos al fugarse por tus piernas: animales heridos en la ventisca. La ventana donde jugaba el sueño a ser quimera, a ser destello. La última distancia y las primeras lluvias. Quiero a mis amigos de la escuela, esos que me enseñaron la verdad y la mentira. Esos que vi crecer y llorar en sus asientos, perseguidos por fantasmas sin espadas. Si la noche es una tumba entre mis labios, aprenderé el secreto de las aves, a despedirme sin

Cuando los profesores fumaban...

Todo escritor dirá entonces: loco no puedo, sano no querría, sólo soy siendo neurótico . (p. 14) Texto de placer: el que contenta, colma, da euforia; proviene de la cultura, no rompe con ella y está ligado a una práctica confortable de lectura. Texto de goce: el que pone en estado de pérdida, desacomoda (tal vez incluso hasta una forma de aburrimiento), hace vacilar los fundamentos históricos, culturales, psicológicos del lector, la congruencia de sus gustos, de sus valores y de sus recuerdos, pone en crisis su relación con el lenguaje. Aquel que mantiene los dos textos en su campo y en su mano las riendas del placer y del goce es un sujeto anacrónico, pues participa al mismo tiempo y contradictoriamente en el hedonismo profundo de toda cultura (que penetra en él apaciblemente bajo la forma de un arte de vivir del que forman parte los libros antiguos) y en la destrucción de esa cultura: goza simultáneamente de la consistencia de su yo (es su placer) y de la búsqueda de su pérdida (es

Del papel de los blogs y la literatura. A propósito de los premios nacionales y otras especies

Hace un tiempo, en los inicios de este blog , escribí acerca de la necesidad de la crítica . De hecho, ha sido uno de mis temas constantes, no solo aquí, sino en el espacio de comentarios de otros blogs que también se dedican a la literatura. También, me he referido a la proliferación de blogs literarios, los cuales han venido a desempeñar un papel importante en la percepción de la literatura costarricense (aunque esto último a lo mejor puede ser prematuro afirmarlo). Asimismo, he jugado un poco con las relaciones entre blogs de poetas y blogs de narradores . Pues bien, en estos días, a raíz de los premios nacionales de literatura Aquileo J. Echeverría, se ha generado una reacción en cadena, primero por la novela de Carlos Morales ( aquí también ), y ahora por el poemario de Erick Gil Salas . Ciertamente, la crítica y la polémica en los premios no son nuevas, pero por primera vez se ha gestado un “movimiento” importante de denuncia de tal situación que supera la tertulia

Libros

1 Estuve enfermo y volví a mis libros, y en ellos encontré de nuevo la esperanza: vacía y seca, pero nueva; terrible y muda, pero grande. Acostado, de pie, sentado o aburrido, me dediqué a buscar las horas, los sueños, los recuerdos, y solo respondieron por ellos las páginas inconclusas de la muerte. En esos libros, raros y olvidados como los de Poe, vetustos según decía, habitaban las llamas secretas de mi pasada historia: cada instante estuvo siempre en esas letras, cada letra era un nombre antiguo equivalente y total de la tristeza. Descubrí así la mentira, pude decir “Yo” de nuevo, pude hablar con mi sombra como hacían antaño los poetas, como añoramos aún a pesar de los tiempos y las modas, a pesar de que nada importa y todo esté perdido. Pero, ¿quién sabía que todo estaba dicho? ¿Quién podría jurar, por la sangre y por el miedo, que sabía que el tiempo estaba escrito? Nadie supo jamás de las distancias, nadie me aco