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Petición (de un hombre muerto)

Ha muerto un hombre hoy.
Era un hombre bueno ese que hoy ha muerto.

Ustedes me preguntan qué quiero,
qué quisiera este viejo leñador de sombras,
este pasajero incansable de la noche.
Nada... o casi nada...
Al menos eso vendría a ser un recuento.

Quiero el potrero de mi madre,
cuando el pasto era capaz de cubrirme;
el patio de la primera casa,
donde había arena y tempestad;
las casas vecinas,
las cuales no me dejaban visitar;
la casa de los peones
donde hube de esconderme más de una vez;
el silencio de mi madre o
la furia de mi padre.

Quiero el misterio de mis dedos
al fugarse por tus piernas:
animales heridos en la ventisca.
La ventana donde jugaba el sueño
a ser quimera, a ser destello.
La última distancia y las primeras lluvias.

Quiero a mis amigos de la escuela,
esos que me enseñaron la verdad y la mentira.
Esos que vi crecer y llorar en sus asientos,
perseguidos por fantasmas sin espadas.

Si la noche es una tumba entre mis labios,
aprenderé el secreto de las aves,
a despedirme sin tener que avergonzarme,
a ser inocente en medio del miedo,
a ser daga empuñada
por una mano enemiga del cielo.

Quiero los días perdidos en la escuela,
el pelo de María en mi regazo,
sus papeles amarillos,
el ardor en la mirada de la niña,
el regaño, el remilgo, la algarabía y el invierno.

Y finalmente,
no quiero morir,
ni quiero descansar tranquilo.
No quiero ser muerto bendecido por todos.
No quiero que digan que fui un hombre bueno...
o malo...
o cualquier otra cosa...
Simplemente no quiero que digan, que hablen,
que tengan tiempo de regocijarse o de llorar...

Quiero la tarde, esa sí,
la tarde clandestina y enamorada.

Imagen: Osvaldo Guayasamín, Grito n.º 3, 1983.

Comentarios

Carolina ha dicho que…
Gustavo, como ya debes suponer me ha gustado este texto. Ahora dime: ¿dónde está ese hombre muerto?
Leandro ha dicho que…
Ah del principio y del final... ¡al principio casi se pueden escuchar esas haches! Y al final, la tarde y la mujer son sinónimas. Bello, melancólico poema.
Jonathan ha dicho que…
¡Uy! Compro libros y libros de poemas sólo para encontrar, de vez en cuando, algo como esto. Vale un saludo amistoso y agradecido.

JLL
Alexánder Obando ha dicho que…
Aunque en el último verso me sobra un adjetivo, creo que es un texto fluido y lleno de imágenes bellas, un texto que atrapa.

Saludos al cuasi-muerto.
Anónimo ha dicho que…
Monse dijo...(olvidé la contraseña y tuve que volver al anónimo)

Felicitaciones por la naturalidad que lograste en el poema.

Creo que una de las razones por las que tus poesías gustan tanto es que, en vez de esconder o disfrazar las ideas detrás de las metáforas, las utilizás para mostrar todo aquello que, entonces, no es necesario decir.
Anónimo ha dicho que…
No digo una mentira si pienso que tu tecnica es próspera y exigente. El ritmo y los silencios.
Agradable momento.

Chinasklauzz
Anónimo ha dicho que…
Carolina: sinceramente, no puedo suponerlo, pero si te gustó, me siento halagado. En cuanto al paradero de ese hombre muerto, honestamente no tengo idea.

Leandro: uno de las apreciaciones más apasionadas, así que muchas gracias, de verdad. Buscaré la forma siempre de que se puedan escchar las "haches".

Jonathan: ¿qué puedo decir? Otra apreciación apasionada que no puedo más que agradecer profundamente. Ahora, la idea será mantenerme a la altura.

Alexánder: qué dicha que te ha gustado el texto. Y está bien, si lo veo de paso le daré tus saludos al cuasi muerto.

Mon: no importa, igual podemos reconocerte.

Pues gracias, gracias, gracias; además, porque hacés extensivo el gusto hacia otros poemas.

Lo que decís sobre las metáforas "que no esconden" ha sido una de mis búsquedas, así que es provechoso saber que voy por buen camino.

Chinasklauzz: y yo lo asumo como una afirmación, desde que no habría ninguna razón para que mintieras, así que doblemente agradecido por tu apreciación.

Gracias a todas y a todos por visitar, leer y comentar.
Gustavo Adolfo Chaves ha dicho que…
No como corrección (aunque sospecho que ese fue el adjetivo que le sobró a Álex) sino como adaptación a la tarde que tengo yo hoy frente a mí ojos:

"la tarde clandestina y enamorante"

El final del poema me llegó mucho. Ese idea de que rememorar (como hace el hablante de este poema) puede ser evidencia de haber perdido algo, y que esa pérdida es una especie de muerte, es algo que todos vivimos y siempre buscamos nuevas formas de expresarlo.

A mí lo que me sobró fue la estrofa a los compas del cole. Como que tanta productividad de palabras que se transforman en "páginas" niegan la pérdida o muerte que intenta comunicar el poema.
Anónimo ha dicho que…
Gustavo A.: yo también imaginé que el adjetivo era “enamorada”, pero dice él que cualquiera de los dos.

Lo que señalás sobre el poema realmente me hace pensar que algo he venido logrando en los dos últimos años, con poemas que de alguna manera hacen referencia a la infancia, y por ende, a aquello que se ha perdido, lo cual ha sido siempre tema central (y necio y obsesivo) en casi todo lo que escribo.

En cuanto a la estrofa, concuerdo plenamente con vos. A mí también me sobra y con lo que me decís lo confirmo, así que la quito. Incluso, hay otra de la que no estoy del todo seguro, pero ante mayores pruebas, la dejo.

Gracias por leer y comentar.
Ophir Alviárez ha dicho que…
Me gusta el ritmo, va fluyendo como esa nostalgia de los tiempos que se añoran pero que siguen atesorados en recuerdos. Asiento con el comentario sobre la estrofa final, se diluye la certeza de los versos anteriores tal vez porque "clandestina y enamorada" casi son ¿evidentes?

En el octavo de la tercera estrofa siento que me sobra una sílaba y en el cuarto de la sexta, hay algo que me distrae. Y me permito decirlo en un arranque de atrevimiento que espero te sirva y no pase de ahí.

Me gusta, me repito, ese anhelo eterno de la voz.

Saluditos,

OA
Anónimo ha dicho que…
Ophir: me alegra que te gustara el poema. En cuanto al verso final, veré si le encuentro otra forma o si me mantengo en él.

Aunque el poema no es medido, evidentemente, tenés razón en ese octavo verso de la tercera estrofa, pues termina en aguda y eso le agrega una sílaba. En cuanto al cuarto de la sexta, seguramente sentís una cacofonía entre medio y miedo, que sí hay.

Muy observadora, así que muchas gracias, y ojalá tengás más atrevimientos y que pasen de ahí, pues la idea de poner los poemas es que les den palo. Compartirlos, claro, y sí a los lectores les gustan, excelente, pero sin la crítica nada haría.

Saluditos para vos y gracias por comentar.
Ophir Alviárez ha dicho que…
Entonces asistiré a las piñatas y palo en mano, devoraré caramelos y chupetas en un afán de endulzarme y aprender.

(quizá más auditiva que observadora)

;)

El gusto es mío

OA
Anónimo ha dicho que…
Ophir: y en esa piñata aprendemos todos.

Y claro, la poesía es música, así que doblemente vale más auditiva que observadora.

Saludos.
Mista Vilteka ha dicho que…
Qué bueno que ud se sepa bueno. Ello pinta cualquier paraíso.

O cualquier infierno

al final.
Anónimo ha dicho que…
Mista Vilteka: mi mamá siempre dice: “Si no lo digo yo, quién lo va a decir”, aunque en realidad aquí yo no le he dicho.

Y sí, la distancia entre el paraíso y el infierno es tan leve...

Gracias por visitar y comentar.
Mista Vilteka ha dicho que…
Al contrario, gracias a ud por visitar y comentar mi visita y mi comentario.

El paraíso es el velo Maya del Infierno.

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