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Mostrando entradas de enero, 2011

Umberto Eco y yo: arqueología de una lectura (personal)

Ahora no recuerdo cuál fue el primer libro que leí de Umberto Eco, aunque este dato es en realidad irrelevante. En todo caso, es uno de los mejores novelistas europeos de la segunda mitad del siglo XX (a pesar de sus detractores), lo cual a su vez da cuenta del vigor de la narrativa italiana de las últimas décadas, con autores como Antonio Tabucchi o Italo Calvino. Por tanto, echemos una mirada sobre su novelística. Sin ánimo de ser simplista o reduccionista, podría afirmar que las seis novelas de Eco responden a una sola tesis (todos los grandes escritores se caracterizan por una obsesión): el mundo es una construcción de signos y no hay verdades ulteriores. Ahora, si bien esta premisa puede atribuirse a su formación como semiótico, no menos cierto es que los alcances filosóficos (éticos y estéticos) atraviesan y sobrepasan tales divisiones disciplinarias. También, cada novela busca recrear una época (o varias) en particular, sea en el estilo

Desde Italia, un poema de Eugenio Montale… para empezar el 2011

El clima cambia. No hay duda. Antes, diciembre y enero eran ventosos y soleados (aquí en el trópico). Ahora también, pero puede llover en cualquier momento. Nuestro verano será invierno y viceversa. En ese juego, entre la lluvia y el sol, me dejo tentar por un poema de Eugenio Montale (Italia, 1896-1981), para recibir el 2011, porque sí... Los limones Escuchame, los poetas reconocidos caminan exclusivamente entre plantas con nombres poco usuales: boj, ligustre y acanto. Pero yo amo los caminos que me llevan a verdes acequias donde los niños pescan de charcos medio secos unas cuantas anguilas famélicas: parajes que cruzan los cerros, bajan entre los copetes de las cañas y se detienen en los huertos, entre los limoneros. Mucho mejor si el alboroto de las aves se desvanece, tragado por el azul: podemos oír un poco más el susurro de ramas amigas en el aire casi inmóvil, y las sensaciones de este aroma que no puede desprenderse de la tierra y que hace llover una inqu