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Mostrando entradas de octubre, 2007

Un poema de Charles Baudelaire

Perfume exótico Cuando entorno los ojos bajo el sol otoñal Y respiro el aroma de tu cálido seno, Ante mí se perfilan felices litorales Que deslumbran los fuegos de un implacable sol. Una isla perezosa donde Naturaleza Produce árboles únicos y frutos sabrosísimos, Hombres que ostentan cuerpos ágiles y delgados Y mujeres con ojos donde pinta el asombro. Guiado por tu aroma hacia mágicos climas Veo un puerto colmado de velas y de mástiles Todavía fatigados del oleaje marino, Mientras del tamarindo el ligero perfume, Que circula en el aire y mi nariz dilata, En mi alma se mezcla al canto marinero. Charles Baudelaire Otro poema de Charles Baudelaire

Paisaje

El niño sale a pasear seguro de su paso y de su risa. La mariposa revolotea con ansias sexuales nunca vistas. El hombre que usualmente atiende este sitio se ha dejado soltar dos groserías. Las mujeres de la esquina no saben que hoy no tienen suerte. A pesar de tan desolador paisaje, las manos buscan un rinconcito para recorrer la noche, doblegar la luna y maldecir al cielo. Nadie cree en sus testigos. Todos saben que ya es hora de marcharse. El silencio es una loza dibujada en círculos de invierno. Los primeros en abandonar el lugar rodean a un perro herido, y escupen su miseria como si el tiempo se acabara. Ahora hay dos maestras que hacen cuentas de primaria, más por necesidad que por destreza, hacen cuentas y el tedio se anida en sus anteojos. Pobrecillas, a su lado la mariposa se detiene. Hoy están cerradas las ventanas de en frente, nadie abrió esa puerta del minisuper, y en el rinconcillo del lugar, hay un olor extraño, como a muerte.

Un poema de Jorge Luis Borges

Tú Un solo hombre ha nacido, un solo hombre ha muerto en la tierra. Afirmar lo contrario es mera estadística, es una adición imposible. No menos imposible que sumar el olor de la lluvia y el sueño que antenoche soñaste. Ese hombre es Ulises, Abel, Caín, el primer hombre que ordenó las constelaciones, el hombre que erigió la primer pirámide, el hombre que escribió los hexagramas de Libro de los cambios , el forjador que grabó runas en la espada de Hengist, el arquero Einar Tambarskelver, Luis de León, el librero que engendró a Samuel Johnson, el jardinero de Voltaire, Darwin en la proa del Beagle , un judío en la cámara letal, con el tiempo, tú y yo. Un solo hombre ha muerto en Ilión, en el Metauro, en Hastings, en Austerlitz, en Trafalgar, en Gettysburg. Un solo hombre ha muerto en los hospitales, en barcos, en la ardua soledad, en la alcoba del hábito y del amor. Un solo hombre ha mirado la vasta aurora. Un solo hombre ha sentido en el paladar la frescura del agua, el sabor de las fru

Escribir

Escribir es apuesta contra el tiempo: madeja de nombres que se devana en el torrente profético del silencio. Puede que esto sea apenas una transfiguración, desesperado intento por borrar de la arena nuestros cuerpos. Te invito, sutil lector -hipócrita lector-, amigo, hermano, a recorrer estas páginas mortales, páginas luminosas del sentido final de los abismos. Naufraga en esta balsa de la Medusa, como homenaje a las letras, a las imágenes, a los sonidos: homenaje vacío del amor.

Un poema de Fernando Pessoa

Heteropsicografía El poeta es un gran fingidor. Finge tan verdaderamente, que finge que es dolor el dolor que en verdad siente. Fernando Pessoa

Acta

Hoy, quiero dejar constancia de que he sido traspasado por un rayo. Hago público este sacramento de la tortura. Declaro esta manía que me deslumbra como un libro perdido. Certifico que mi nombre es una mancha, un espejismo para indicar que alguna vez fui un niño bueno, un buen hijo, un buen novio y hasta un buen padre... pero tan solo una sombra entre las bestias.