La poesía griega primero, y posteriormente la poesía latina, son fuentes amplias e impresionantes de la lírica. Sin embargo, resulta curioso que usualmente no sean citadas por los nuevos bardos de la gran metrópolis que es San José. Pareciera que para estos vates (léase claramente la v, porque también hay poesía escrita por mujeres) la tradición literaria de Occidente empezó hace 52 años, con un aullido anglosajón. Y no quiera uno verlos despotricar contra cualquier cosa que huela un poco a “añejo”, a “antiguo”, a “tradición”. Pues bien, dejo aquí un poema (en español, claro está, no vaya yo a cometer el pecado de ponerlo en latín) para que estos poetas puedan regocijarse.
“Crepúsculo”, de Persio
Hipocrene, Parnaso, luces tibias
“Crepúsculo”, de Persio
Hipocrene, Parnaso, luces tibias
ayer, hoy fría sombra que se huye.
No os conozco, reposo cotidiano,
sueño, sed, desatino de los débiles.
La blancura de un lirio, la fragancia
de un perfume, su voz o sus tobillos.
Todo me está negado. Soy el viento
sin colegiar, la muerte de las aves.
Atardecí. La magia de los números,
el profético naipe o la tristeza
de las viejas plegarias a los dioses.
Mi palacio se hundía, mi sonrisa
palidecía, mueca del silencio.
Desbócame, tiniebla trepadora,
hiende con tu locura mi locura,
decapita mi pérfida inocencia.
La huella de sus fustas. Era tarde...
Todo es recuerdo ya. La piel, los ojos.
La noche está conmigo, sus corceles,
la terrible pureza de su nada.
Luis Alberto de Cuenca y Antonio Alvar (sel. y trad.), Antología de la poesía latina, Madrid: Alianza Editorial (2 reimp. de la 1 ed.), 1990, p. 111. Nota: la génesis de este poema trae cola. Algunos ya la sabrán y otros a lo major puedan adivinarla. En la próxima entrega me extenderé al respecto.
Luis Alberto de Cuenca y Antonio Alvar (sel. y trad.), Antología de la poesía latina, Madrid: Alianza Editorial (2 reimp. de la 1 ed.), 1990, p. 111. Nota: la génesis de este poema trae cola. Algunos ya la sabrán y otros a lo major puedan adivinarla. En la próxima entrega me extenderé al respecto.
Comentarios
¿Tú crees que es un sindrome sólo costarricense? el del los hijos sin dios, sin padre, sin tradición. Los hijos de la purísima generación espontánea. No, ellos están en todas partes. Hijos de la generación espontánea, matando padres que no conocieron, que no leyeron. Y no sólo sucede en la poesía, piensa en los demás géneros. Puros genios, engendradores a partir de su obra de la poesía y la narrativa actual.
Saludos
Y sobre esos "padres", seguiré refiriéndome a ello en próximos posts.
Juan: vamos, adelante, hay que dejar el pudor. Estoy seguro de que disfrutaríamos con ese poema.
Por lo demás, muy cierto, la frescura de Catulo es un antecedente directo de muchas tendencias: desde Villon hasta nuestros días.
No hay tabula rasa, y si no sabemos por dónde han andado las cosas, difícilmente sabremos para dónde seguir.
http://www.borgescompleto.blogspot.com/
Saludos y gracias por la visita
¡Saludos de Año Nuevo!
Gracias de nuevo por leer y te invito a que sigás explorando el blog.
Saludos
Saludos y gracias por la visita
SIC TRANSIT GLORIA MUNDI
M...
Saludos