Allen
Ginsberg publicó el poema “America” en 1956 (lo
pueden leer aquí completo), como parte del libro Howl and Other Poems.
El texto es una inflamada denuncia política contra los EE.UU, especialmente por
su accionar en la guerra fría. El poema fluye velozmente con una voz exaltada. En
el 2015, la escritora Nicole
Cecilia Delgado (Puerto Rico, 1980), coordinó un taller de traducción, cuyo
resultado fue Sucede que yo soy América, un libro que reúne 30 versiones
libres del poema en cuestión, de diversos autores latinoamericanos, entre los
que se cuenta el poeta costarricense Diego Mora. En esta página
pueden leer más acerca del proyecto y de los postulados de traducción de los
cuales partieron.
Comparto
con ustedes la versión de Mora, la cual tuvimos oportunidad de escuchar en vivo
recientemente en la lectura retrospectiva de su obra que realizó el poeta en
Libros Duluoz.
América táctil
Diego, te he dado todo y ahora no soy nada.
Diego, nos acusan de hacer poesía y tienen razón.
Hace cinco siglos España creó un monstruo.
El monstruo se llama América
y es la bestia que destruirá esta civilización.
¡Soy una bomba anatómica biodegradante a punto de
explotar!
No voy a escribir en modo-moda
todos los textos todos.
Diego, hay una forma de ver las cosas en que todos
somos iguales,
pero a nadie le interesa.
¿Cuándo vas a quitarte la ropa?
¿Cuándo vas a mirarte a través de la tumba?
¿Cuándo vas a ser digno de tu millón de fans?
Diego, la idea es buscar restos del futuro en el
pasado.
Diego, ¿cuándo mandarás el sistema binario a la
mierda?
Un par de clics y unos cuantos caracteres todo lo
solucionan.
Estoy harto de tus demandas histéricas.
Photoshop
me in your mind and now I’m your perfect poet!
Después de todo, si algo se posa sobre nosotros
no será jamás un cuervo, sino un zanate.
Tus colonizaciones siempre generan karma,
y ese karma nos condena a las invasiones bárbaras.
Tiene que haber otra manera de resolver este asunto.
El arte contemporáneo es como el art attack de disney.
Estoy tratando de llegar al punto.
No voy a renunciar a mi obsesión.
¿Estás siendo siniestro o es una broma de mal gusto?
Diego, dejá de presionarme,
sé lo que estoy haciendo.
No voy a renunciar a mi obsesión.
Diego, si el otoño deshoja los bosques,
¿por qué no habría de deshojarnos también?
No he leído a Litvinova por meses,
todos los días alguien va a juicio por eso.
Diego, me ponen sentimental los indie-gentes.
Diego, de niño solía ser consumista y no me
arrepiento.
Como kilobytes cada vez que puedo.
Me siento en mi casa durante días mirando las palabras
de Pixxxell.
He tomado la decisión,
va a haber problemas.
Debiste verme leyendo a Huilo Ruales.
Voy a rezar el Mapa de Ámsterdam.
Tengo visiones de Méndez Salinas y Cármenes cósmicas.
Diego, aún no te he contado lo que le hiciste
al enano de la mano larga-larga
cuando llegó de Karaoke 88.
¡Te hablo a vos!
¿Vas a dejar que nuestra vida sentimental
la dirija Zuckerberg?
Estoy obsesionado con la brea.
Su negro me mira cada vez que paso
por el Black Hole Sun.
La bebo entre los escombros de la biblioteca nacional
de Costa Rica demolida en 1971.
Siempre me habla a la espera de una epidemia
que mate a todos los miles de escritores
que captan a mi público meta.
Se me ocurre que soy Diego.
Estoy hablando con voz otra vez.
Diego, se está levantando contra mí.
No tengo la oportunidad de un Diego Mora.
Todos son serios menos yo.
Será mejor que reconsidere mis recursos híbridos.
Mis recursos híbridos son los sentídotos,
Estoy hablando solo otra vez.
4 millones de genitales geniales,
facebookatura censurada por amazon e impublicable
que va a 1400 páginas por hora.
Lo digo todo acerca de mis amigos
que viven en asteroides,
una literatura privada impublicable
bajo la luz de quinientos soles.
He abolido los prejuicios xentroamericanos,
America (sin acento y mal pronunciado) será el
siguiente en caer.
Cuando se pierden esas cosas que aparentemente no
sirven para nada,
se acaba el mundo un poco.
Diego, ¿cómo puedo ser el trending topic moment
con tu ridículo estado de ánimo?
Este auto no es usado, es de Billy.
Debilidad.
Esta propiedad no es privada, es de Billy,
Billy Dad.
Mis transformers son más originales que sus
debilidades,
porque todos son de diferentes contextos.
Billy, voy a venderte poemas táctiles a $2500 cada
uno,
$500 menos que los tuyos.
Diego, libera a la perra de Pavlov,
Diego, salva a los Bozalongo,
Cruz, Ávila y Báez no deben morir,
Diego, soy el lirol bróder de Chan Marshall.
Diego, cuando yo tenía diecisiete años
Felipe me guio al baño del Morazán,
nos vendieron esquifo, un pichazo por punta,
la pacha costaba rojo y medio
y los discursos eran gratis:
Osvaldo Sauma, Mauricio Molina, Alfredo Trejos.
Todo era tan Mía Gallegos,
no tenés idea lo bueno que fue el Partido Anarco Ciber
Punk.
Chase era un viejo magnífico,
un verdadero euniceodista,
Alonso y Rucavado me hicieron llorar,
una vez vi claramente a Yuré.
Todos debieron ser espías.
Diego, vos no querés ir realmente a Penguin-Random
House.
Diego, son ellos, Wingston, Mills, Fabri, Winter, Rosa
Chávez.
Ellos, Olivas, Alvarado, Rojas Pachas.
Ellos, Morituri,
Alcántar y Norambuena.
y ellos, Paredes, Barrios, Cordero, Murillo.
Y ellos, Bromo y Rojo y Bravo.
Jacko quiere comernos vivos.
El loco poder de Leonor Silvestri.
Habacuc saludó a Sebakis minutos antes del accidente.
Carrión debe leer la Ontología menor en la Cruz de Alajuelita.
Alí
y Scribe Called Quess en The Big Easy.
Yaxkin quiere nuestra Isla de Antillón Encuarentena.
América encargándose de nuestras falacias,
tautologías y demás circuitos lingüísticos.
Eso es bueno. Ahora a escrivivir, putos.
Crossland, Blatt, Lara, Sebas, Retana, Lépiz.
Lanseros, Lauri, Diegues, Mardones.
Xitlalitl, Ilabaca, Noé, Karen, D’ León.
Cucurto, poné a los indios a aprender a leer “Because
of the Sun”.
Valcárcel, Cris y Vargas Prado necesitan grandes y
prietas.
Shade, Ernesto García, los Tavo, las Quintero.
El Emperador Tertuliano, Yerilyn, Byron y hasta
Perroazul.
[esto ya parece un anuario, y siempre faltará
lectura].
Nicole nos obliga a trabajar 3,14 horas al día.
¡Ayuda!
Diego, ¿cómo sé si me gusta un poema?
De Maurice o Freudenthal o Gatica.
Porque me da envidia.
Como los de Oyuela o Zaidenwerg o HH.
La buena poesía da envidia.
Como la de Pablito Flores si es que aún escribe.
Diego, ¿es la metáfora lo que mantiene viva a la
humanidad?
Diego, ¿somos los niños bastardos de dios?
Será mejor que me ponga psicotóxico.
Es verdad que quiero unirme a la 4D
y tener más poderes que los superhéroes y villanos
de la marvel y la dc combinados
¡Diego, estoy pujando América con mi hambre queer!
En Nicole Cecilia Delgado et al., Sucede que yo soy América (2.ª ed.), México: Cooperativa Editorial
Cráter Invertido, 2015, 96 pp.
Diego
Mora es un
escritor costarricense nacido en Vásquez de Coronado (San José) en 1983. Miembro fundador del grupo
literario Libertad Bajo Palabra. Fue finalista del Premio Joven La Garúa
(Barcelona, 2007). Ha publicado los poemarios Mono a Cuadros (Arboleda, 2006), Tótem suburbano (Andrómeda, 2006) y Estación tropical (Catafixia, Guatemala,
2010). Reunió su obra poética y narrativa en Brea, en una edición cartonera, ámbito que ha estudiado ampliamente.
Actualmente vive en Estados Unidos, donde cursa un doctorado en literatura.
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