Ir al contenido principal

In memóriam VI: Felipe Granados

 Bar Rayuela, miércoles 17 de junio de 2009.

El joven K habla de su Carta al padre

1

Papá era marino.
Solo eso explica la fascinación idiota
de mamá
por ponerme
este trajecito imbécil.

2

Papá murió en el mar.
De papá hay una foto
donde muestra
orgulloso
su bigote y su uniforme.
La foto
no enseña
el mar.

3

Papá tenía mi nombre.
Nadie sabe lo difícil que es cargar encima
todas las letras
de tu padre muerto.

4

El único recuerdo que tengo
de papá
es una puerta,
la puerta por donde se marchó,
la puerta que ya nunca volvió a cruzar.

5

No sé nada  sobre los amigos
de papá.
A veces me gusta imaginármelos, peleando
contra una tormenta imposible
o matando
una criatura inmensa
a punta de arpón
y destreza.
Mamá solo dice que eran una chusma,
pero eso no da
para construir mitologías.

6

Mamá no sabe que un día
yo voy a ir al mar,
y voy a irme
como se fue papá.
Será triste oírla
contar la historia
de una mujer
abandonada
dos veces
por el mismo
nombre,
por el mismo
uniforme de marino,
por el mismo vicio de sal y de agua.

7

Mi amigo dice que el mar es pequeñito,
que cabe en una caja de dos manos
o en el fondo pequeño de una caracola.
Mi amigo nunca ha visto el mar.
Yo no le creo.
¿Cómo algo tan pequeño podría tragarse a un hombre?

8

Una vez oí la historia
de un pianista
que tocaba en un barco
y que nunca dejó el mar.
Siento que algo así le pasó a papá.
Solo se trata del viaje.
No de partir.
Ni de volver.

9

¿Sabés que solo los marinos, pescadores y algunos poetas cursis
le dicen la mar?
Sería una ella por la que valdría la pena
morir.

10

Papá era marino.
Papá tenía bigote y uniforme.
Papá tenía las letras de mi nombre.
Papa tenía la mar.
Yo
tengo una foto,
un uniforme falso
y una puerta.
Papá era marino.
Yo soy huérfano. 

Tomado de La Malacrianza 

Aquí en Cultura CR 

Aquí en Áncora (aunque ya no importe) 

Felipe Granados (Cartago, 1976-2009). Poeta y articulista. Encargado de la crítica de libros en la revista SoHo. Publicó el poemario Soundtrack (San José: Ediciones Perro Azul, 2005). 

Aquí, los poetas que han visitado la casa.

Comentarios

Leandro ha dicho que…
Excelente, me emocionó.
P. ha dicho que…
Me avergüenza que empezara yo a conocer lo escrito por Felipe Granados, precisamente cuando ya no puede él escribir más
Anónimo ha dicho que…
Sí, es un muy buen poema, sobre todo conforme avanza. Las partes finales son las mejores.

P.: No creo que eso sea motivo de vergüenza.

Saludos a todos. Gracias por leer y comentar.
Anónimo ha dicho que…
Eso, eso... gracias por este poema.
Anónimo ha dicho que…
Escafandra: de nada.

Costa sin mar: bienvenido a esta casa. Me alegro de que te haya gustado.

Saludos a ambos y gracias por pasar.
MiSs OtRaS y Yo ha dicho que…
¿Sería muy inapropiado, si te dijera que el poema me pareció muy "profundo"?
Anónimo ha dicho que…
Mis Otras Yo: bienvenida a esta casa. Y no, para nada, ¿por qué habría de parecerme inapropiado?

Saludos y gracias por pasar.
FRANK RUFFINO ha dicho que…
Buen recordario. Para esos estamos!
Anónimo ha dicho que…
Frank: así es, para eso estamos.

Saludos y gracias por pasar.

Entradas populares de este blog

“Fairytale of New York”: un clásico para Navidad

  Spotify me dice que la canción que más escuché este año fue “Tiny Tears”, de Tindersticks. Lo que no sabe es que fue “Fairytale of New York”, de The Pogues, incansablemente, pero en YouTube.   ***   El jueves 30 de abril de este año pandémico sobrepasábamos ya los 50 días de cuarentena. Ese día, Abel Limbrick subió un cover de “Rainy Night in Soho”, de The Pogues. La cuestión es que durante el confinamiento he pasado escuchando a este grupo inglés de punk celta. Aunque más bien, debería decir que he pasado escuchando incansablemente “Fairy Tale of New York” (1987): en videos, en audio, en vivo, covers, etc.. Es decir, que he pasado moqueando. Qué canción más hermosa. Terriblemente hermosa. Una obra maestra.   ***   Parece que los ingleses son expertos en dejar llegar sus mejores canciones apenas al segundo lugar. Sucedió con “Strawberry Fields Forever”, en 1967. Veinte años después sucedió lo mismo con esta pieza de The Pogues. Y en 1995 pasó de nuevo, con “Common People”. Curiosamen

Queen: "Bohemian Rhapsody"

Dos años y medio. 200 entradas. Para celebrar: “Rapsodia bohemia”, de Queen. Tres notas introductorias 1. En una ocasión, Roger Waters afirmó que probablemente los dos únicos escritores y compositores que estaban por encima suyo eran John Lennon y Freddy Mercury. Uno más, uno menos, concuerdo de alguna forma con él. Esto se hace evidente si además me atrevo a señalar que las mejores canciones de la historia de la música popular anglosajona sean, en este orden, “A Day in the Life” , “Bohemian Rhapsody”, “Shine on You Crazy Diamond” y “Stairway to Heaven” (la lista sigue, claro). 2. "Rapsodia bohemia" es definitivamente un tema excelente y una grabación pionera, innovadora. No solo lleva a nuevos territorios la estructura múltiple en la canción popular, sino que grabar tal visión (especialmente las voces) requería llevar al extremo las posibilidades que un estudio de mediados de los años setenta ofrecía. 3.    Queen ha sido catalogado usualmente como parte del mo

Un poema de Laureano Albán

Dedicado a Anónimo Inventarios terrestres A Antonio Enrique Hay delgadísimos sonidos entre las cosas y sus muertes, como un violín sonando mientras se hunde en un agua interminable. Hay casas en donde las ventanas arden siempre y la noche no puede abandonarlas. Hay tu rostro y mi mano y la incierta pasión de reunirlos. Hay un plancton solar en los cuerpos amantes que el mar no ha conocido ni comprende. Hay músicas en mí que nunca podré darte. Hay la desolación y el rostro que la aguarda. Hay pájaros ardiendo desbandados desde el canto hasta la muerte. Hay posesiones últimas, pulpas lunares, ríos que irrumpen verticales a las horas. Hay lejanías, ellas todo lo envuelven en su vasta memoria deletérea. Hay bosques esperando, como una explosión inaplazable debajo de las calles por su aire. Hay objetos mortales, espejos agresivos alrededor del hombre que no duerme. Hay flores y su fulgurante devoción. Hay el polvo y su rostro de tempestad. Riadas que se sumergen en las mareas del viento. Ad