El escritor estadounidense Dana Gioia (California,
1950) compone parte de sus poemas en metros clásicos; también usa rima, a veces
inventa sus propias formas y no pocas veces recuerre significativamente al verso
libre. Asimismo, piensa la poesía más en términos musicales que semánticos, de
ahí que confiera una gran importancia al hecho de que el lector o el oyente
acceden a la poesía primero de forma sensorial, antes que racional. Para Gioia,
la poesía es concreta, y se experimenta con el cuerpo, antes de ser comprendida
intelectualmente.
Parte de esa perspectiva, radica en su manera de
entender el verso y la versificación en general. Aquí, nos presenta algunas
consideraciones sobre el tema, a manera de tridecálogo.
Trece
maneras de pensar el verso
Dana Gioia
1. La diferencia más evidente entre la prosa y la poesía
es la versificación. En el arte, lo evidente siempre es importante,
aunque suele ser precisamente lo que olvidan los especialistas. La técnica
poética consiste casi por completo en explotar las posibilidades expresivas de
la versificación en tanto principio formal para comunicar y reforzar el
significado
2. Los tres principios usuales de organización de los
versos son la métrica, la sintaxis y lo visual. Cada
sistema opera con reglas diferentes, pero todos parten de la importancia
suprema de la versificación para enfocarse en la energía expresiva y el
significado del poema.
3. Todo elemento en un poema (cada palabra, corte de
verso, patrón estrófico, margen, incluso la puntuación) conlleva un significado
expresivo potencial. Si no moldeás dicho potencial, cualquier detalle
inerte debilita la fuerza general del poema. Esos elementos inertes son un peso
muerto que el poema está obligado a cargar.
4. Debe haber una razón para que cada verso termine donde
termina. El corte
de un verso no es neutral. La versificación es el principio de organización más
elemental y esencial de la poesía. Un lector o un oyente no necesita entender,
de manera racional, el principio que yace tras cada salto de línea, pero debe
sentir de manera intuitiva su adecuación y su poder.
5. El propósito de la versificación en la poesía es
establecer un ritmo de expectativas que intensifica la atención y la
comprensión del oyente. El objetivo de la técnica poética, especialmente la
métrica, es encantar al oyente, crear un delicado estado hipnótico que reduce su
resistencia y aumenta su atención. El verso libre carece del compás físico
constante de la poesía medida, pero busca el mismo efecto neuronal por otros
medios. La versificación es el principio organizativo central del verso libre.
6. Las razones que determinan la extensión de los versos
deben ser coherentes dentro del poema, a menos que haya una abrumadora
necesidad expresiva para romperlas. Toma tiempo y esfuerzo establecer un patron de
expectativas. Romper ese patrón con facilidad o muy seguido hará que se
desmorone. Un patrón mal construido es peor que la ausencia de uno. Sin un
patrón expresivo no hay poema.
7. Todo poema debe tener un verso modelo. El
criterio para la extensión de los versos debe ser claro (consciente o
inconscientemente) para el lector o el oyente. Este criterio debe mantenerse a
lo largo del poema, excepto por una variación expresiva significativa. Después
de una ruptura así el poema regresa al verso modelo o crea uno nuevo. El valor
expresivo de todas las rupturas debe ser mayor que la pérdida de impulso y el
rompimiento del hechizo del patrón.
8. Todo verso tiene dos obligaciones secundarias:
funcionar dentro del patrón del poema y encarnar en sí mismo el poder del
lenguaje poético. Un poema efectivo no solo equilibra esas distintas obligaciones, las
utiliza como compañeras en una danza ininterrumpida. Si no danzan no hay poesía,
solo lenguaje versificado.
9. Cada verso debe tener algún grado de fuerza expresiva
independiente. Cumplir con un patrón no es suficiente justificación para un verso. Este debe tener alguna vitalidad
independiente en términos musicales, imaginativos o narrativos. Un verso
individual es el microcosmos del poema. Debe encarnar las virtudes del todo.
Esa es una razón por la cual la poesía puede ser citada tan fácilmente.
10. La versificación le dice al lector cómo escuchar, ver y
entender el poema. En tanto principio formal fundamental de la poesía,
la versificación establece los patrones auditivos y semánticos del poema. El
poder formal del conjunto no puede lograrse si la versificación es descuidada.
11. En las formas poéticas, el final de un verso es uno de
los elementos expresivos más poderosos. Los versos se transforman (giran, se “excitan”) en la palabra final de cada
línea. (El significado original de versus
es “girar un arado para hacer surcos en un campo”, de ahí que “el giro” es una
de las metáforas más antiguas para la poesía y la técnica poética.) Este punto
de giro verbal, incluso cuando no es rimado, ofrece un potencial enorme para un
efecto significativo.
12. La palabra final de un verso debe soportar el peso del escrutinio musical o imaginativo. Esta palabra es muy visible y audible. Nunca terminés
versos con palabras débiles, a menos que haya una necesidad expresiva muy
fuerte. La palabra final, con rima o sin ella, debe generar energía para el
poema.
13. El salto de un verso a otro casi siempre es audible (y
siempre visible), incluso aunque sea tan solo una breve pausa o un eco. Uno no
escucha los compases en la música, pero el oyente entrenado siempre sabe dónde
están por la forma de las notas. Ya que el salto de un verso a otro es tan
prominente, debe ser usado para efectos expresivos. Si no funciona en el poema,
funcionará en su contra.
Traducción: Gustavo
Solórzano-Alfaro, 2019
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