Hoy sábado 14 de octubre de 2017, este, mi blog personal, La Casa de Asterión, cumple diez años.
El 14 de octubre de 2007, un año de múltiples cambios en mi vida, abrí este blog, en esa época en que Facebook todavía era el Snapchat de Internet. Leer blogs, comentar en ellos y bloguear eran costumbres diarias, como postear hoy día en el mismo Facebook, en Twitter o en Instagram. Blogger, Wordpress y Tumblr y más recientemente Medium se mantienen como espacios para la escritura y la creación de contenidos diversos, para públicos igualmente diversos. De todos, quizá el menos profesional sea este que yo sigo usando. Pero en todo caso, igual nadie presta atención a los blogs menores de autores también (más que) menores. Por eso mismo el empeño en esta labor: por puro gusto.
En el 2014, luego de siete años, anuncié que dejaría de actualizar este sitio, pero que permanecería abierto para que pudieran visitarlo a sus anchas. Se mantuvo tal cual durante el 2015 y el 2016. Este 2017 decidí retomarlo, aplicarle un par de capas de pinturas y bueno, aquí estamos, diez años y más de 350 entradas después, blogueando.
"Denme un blog y conquistaré el mundo" (artículo publicado en Pórtico 21, núm. 3, de la ECR) es un repaso a parte de esos diez años en que un sector de la actividad literaria del país se movía en torno a lo que sucedía en blogs como este, Café Verlaine, Cien Palabras por Minuto, Sentencias Inútiles, Literofilia, El Más Violento Paraíso o El Signo Roto.
Por otro lado, una de las razones de ser de esta casa fue publicar poesía de diferentes autores y de diferentes países. Dicha sección sigue activa y ha sido recién actualizada.
Nunca está de más agradecer a ustedes, que siguen ahí, los lectores, que los sigue habiendo, aunque ya casi nadie comente. Diez años son diez años son diez años.
¡Salud!
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