Nadie que esté
feliz escribe
es un conjunto de 40 poemas, escritos entre setiembre de 2011 y enero de 2017.
En diciembre del año pasado se lo envié a Diego Mellado, director de Nadar Ediciones, un proyecto independiente
en Santiago de Chile, fundado en el 2014, casa hermana de Editorial Eleuterio, que
se creó en el 2010. En enero Diego me dijo que lo publicarían. Hoy, el libro es
una realidad, y ya circula en Chile y ahora aquí en nuestro país. ¿Qué más
puedo decir? Le estaré eternamente agradecido a Diego y a Nadar, porque su
generosidad no tiene límites.
Por
supuesto, agradezco a todas las personas que de una u otra forma han tenido
relación con este trabajo, y cuyos nombres y contribuciones aparecen
consignados en el libro, como corresponde. Espero no haber olvidado a ninguno.
Nadie que esté
feliz escribe
se puede conseguir en las siguientes librerías:
Chile:
·
Los Perros Románticos
(Santiago centro, Monjitas 580, Edificio Radicales)
·
Alejandría Libros (Santiago centro, Lastarria
#5)
·
FLIA
(Santiago, barrio Franklin, Local 357, Sector 5, Galpón Víctor Manuel Persa Bío
Bío)
· Próximamente
también en otras librerías de Santiago y de Valparaíso
Este fin de semana se podrá encontrar en las
siguientes ferias:
·
Feria
del Libro Independiente en el Cine Arte Alameda, 21, 22 y 23 de julio
·
Feria
del Libro Independiente de Valparaíso en el CENTEX (Consejo de la Cultura), 22
y 23 de julio
·
ANTIFIL
(Lima, Perú), 20, 21, 22 y 23
Costa Rica:
·
Buhólica. Libros y Vinilos
(Escazú, Combai Mercado Urbano, frente a Multiplaza)
·
Libros Duluoz (barrio Amón, avenida
7, calles 3 y 5, 150 oeste de la Alianza Francesa)
·
La
Librería Andante (San Pedro, diagonal al Teatro Universitario)
· Próximamente
también en Frantz & Sarah
(barrio Amón, avenida 7, 25 m al este de la Casa Amarilla)
Algunas opiniones
sobre el libro:
Nadie que esté feliz
escribe es la sentencia con la que cada poeta sobrevive a su propio oficio. Solórzano-Alfaro
habla de lo sencillo –desde un lenguaje de precisión taxonómica y con imágenes
que llevan a nueva forma de fresca pintura literaria–, de los pequeños espacios
que van marcando los días, el agobio de lo contemporáneo y la búsqueda de un
equilibrio, entre la ironía y antiguas formas del amor.
Gladys González (Chile)
Más allá de los textos independientes
–luminosos, rigurosos, inolvidables– que forman el libro, Nadie que esté feliz escribe es un formidable ejercicio de
honestidad en una época afecta a las máscaras y a las imposturas que, sin
embargo, parece aceptarlo. Solórzano-Alfaro no solo lo dice sino que lo dice
asumiendo sus consecuencias.
Carlos Cortés (Costa Rica)
“Lo fugitivo permanece y dura”, tradujo con
feliz infidelidad un poeta célebre a otro, que la tradición ha olvidado. El
tema eran las ruinas de Roma, pero aún más la poesía misma: una voz que se
afirma en lo fugaz. En este libro luminoso, con calculada sencillez y auténtica
valentía, Solórzano-Alfaro edifica sus poemas con la mullida materia de la
felicidad diariamente elegida. Y consigue que duren.
Ezequiel Zaidenwerg (Argentina)
Un libro que se sostienen de punta a punta.
Los poemas largos están llenos de momentos hermosos, con ritmos pulsantes, que
invitan a seguir. Los poemas cortos son chispazos que crean silencios para
pensar... y luego seguir. Hay reflexiones muy serias y bellas. Un poemario
admirable. Al terminar de leerlo, uno sabe que va a seguir leyéndolo por mucho
tiempo en el futuro.
G.A. Chaves (Costa Rica)
Un libro compuesto de un modo balanceado. Nadie que esté feliz escribe suena a un
montón de cosas, sin excluir la autoayuda y el best-seller, pero eso está bien, pues sugiere una visión menos
cristalizada de la poesía, un prosaísmo que procura ampliar la lírica hacia el
terreno de lo común. Además, los textos constantemente socavan aquella
afirmación: no son poemas sobre la infelicidad y la amargura, tienen una
variedad que no omite la celebración ni el desapego.
Luis Moreno Villamediana (Venezuela)
Este libro nos trae a un poeta en su
mejor momento. Con una voz más clara y una pluma mejor pulida. Desde que tuve
el privilegio de leer una y varias veces el manuscrito de Nadie que esté feliz escribe, con su respectiva evolución, supe que
me encontraba ante el que sería el libro mejor logrado de Gustavo
Solórzano-Alfaro. Estoy seguro: no me equivoqué.
Byron
Espinoza (Costa Rica)
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