Ir al contenido principal

Inventarios mínimos



Ya vio la luz Inventarios mínimos, mi más reciente libro de poesía, un conjunto de 40 textos escritos entre 2007 y 2012. Pueden adquirirlo en Libros Duluoz (barrio Amón), en la librería de la UCR y en las librerías de la Uned en todo el país.


Dos acercamientos a estos “inventarios”

Acaso recordar, el imperativo categórico de la memoria, sea la primera obligación de la poesía en épocas sometidas al dominio del olvido. Mantener la casa de las palabras y la argumentación de sus signos perdurables como un lugar moral a salvo de la corrupción del tiempo. Es en ese episodio emotivo de las fundaciones que llamamos infancia donde la poesía ─nostalgia de paraíso y lenguaje de la inocencia─ se hace también territorio de las ensoñaciones y conmovedor encargo de la delicadeza humana: abrir el tiempo que clausura la muerte a los significados del porvenir.

De esa materia de redención y de su cualidad de bien está hecho Inventarios mínimos, de Gustavo Solórzano-Alfaro, un formidable imaginario escritural poblado de presencias, nominaciones e identidades; la evocación de la vida que se intensifica para permanecer en las palabras del vidente ─“una nube con la forma del silencio”─, el poeta que aún ve tras las desapariciones del tiempo la estela de las sombras en busca de su antiguo rostro.

Hay además sueño y utopía en estos textos, y hay restitución de felicidad a lo hurtado por lo ominoso. Los múltiples sentidos que sobre las zonas no visibles de la realidad vislumbra la poética que transforma la pérdida en naturaleza mágica de otra necesidad del habla, aquella donde la niñez aún da amparo al discurso de la misericordia y de la belleza en su esfuerzo por hacer compañía a lo justo.

El pensamiento que añora la idea pendiente de ser soñada, pues halla su sentido en la excavación y hace del camino su destino, la pequeña patria del bien que representan ─siempre que son verdad─ los poemas, como ahora tan radicalmente verdaderos, tan plenos de densidad simbólica y solidaria luz con la edad del mundo y sus personas; la dialogante música de cuanto habita lo inmenso que otros “pájaros inventan”, la voz, la conmovedora asamblea de voces devueltas por Gustavo Solórzano-Alfaro a lo audible, a la celebración y al elogio de la dignidad humana.

Juan Carlos Mestre


Inventarios mínimos: El título de este libro de Gustavo Solórzano-Alfaro resume bien la sucesión de los poemas y la contención de su escritura. Desde el epígrafe de Rilke, entendemos que las diversas secciones del libro son como un catálogo de escenas que llevan de la infancia propia (o asumida) a la muerte del padre, y de allí a la contemplación de la naturaleza como un viajero japonés.

Más allá hay otro breviario: con igual sosiego se hace el recuento de la vida en pareja y se avisa sobre el acto mismo de escribir. Ese fin no es gratuito, porque insinúa que en el amor y la poesía Solórzano-Alfaro halla la culminación de su historia personal.

Como en sus otros volúmenes, los textos están gobernados por la “suavidad”: “Escribir como si un árbol diera frutos. / Sin más razones que las necesarias”; a diferencia de los anteriores, este suma, además, textos en prosa, tankas y haikus. Esa abundancia es su mayor virtud: nos dice que la creación tiene “la múltiple forma del delirio”, que lo heterogéneo es una manera de ser entero, como lo pide al inicio el epígrafe del Ricardo Reis del variado Pessoa.

Luis Moreno Villamediana

Nota en Aldea Global, La Nación

Entrevista en Literofilia

Selección de poemas del libro en Círculo de Poesía

Video de invitación a lectura en Libros Duluoz

Nota en La República




Comentarios

Leandro ha dicho que…
Felicitaciones, levanto la copa en honor a tu nueva producción!
Gustavo Solórzano-Alfaro ha dicho que…
Muchas gracias, Leandro. Salud.
Germán Hernández ha dicho que…
Hummm! ¿Para qué decir más con reseñas como las anteriores?

Nada más delicioso que rumear las impresiones de lectores como los anteriores.

En hora buena hermano, ¿todavía querés que diga algo al respecto?
Gustavo Solórzano-Alfaro ha dicho que…
Germán, una reseña es una reseña es una reseña (o no). Los textos de Juan Carlos y de Luis fueron hechos expresamente con la intención de apoyar el texto en contraportada. Muy generosos ambos, me enviaron textos algo más extensos.

Sobre una posible lectura tuya, nada lo prohíbe y menos yo, que al contrario, agradezco enormemente que alguien se tome la molestia.

Gracias por la visita
Sergio Arroyo ha dicho que…
Este es el libro tuyo que más me ha gustado hasta ahora. Hasta las fijezas terminan... La nostalgia y la resignación conviven en el libro. Bellísimos haikus y tankas. Esos géneros "mínimos" japoneses no podían faltar en un libro con 'mínimo' en el título. Felicidades, Gustavo y, sobre todo, gracias.
Gustavo Solórzano-Alfaro ha dicho que…
Sergio, muchas gracias por tus palabras. Me alegro de que te haya gustado. Parece que por suerte valió la pena que fueras el primero en conseguir el libro, jeje.

Saludos y gracias por la visita

Entradas populares de este blog

Un poema de Laureano Albán

Dedicado a Anónimo Inventarios terrestres A Antonio Enrique Hay delgadísimos sonidos entre las cosas y sus muertes, como un violín sonando mientras se hunde en un agua interminable. Hay casas en donde las ventanas arden siempre y la noche no puede abandonarlas. Hay tu rostro y mi mano y la incierta pasión de reunirlos. Hay un plancton solar en los cuerpos amantes que el mar no ha conocido ni comprende. Hay músicas en mí que nunca podré darte. Hay la desolación y el rostro que la aguarda. Hay pájaros ardiendo desbandados desde el canto hasta la muerte. Hay posesiones últimas, pulpas lunares, ríos que irrumpen verticales a las horas. Hay lejanías, ellas todo lo envuelven en su vasta memoria deletérea. Hay bosques esperando, como una explosión inaplazable debajo de las calles por su aire. Hay objetos mortales, espejos agresivos alrededor del hombre que no duerme. Hay flores y su fulgurante devoción. Hay el polvo y su rostro de tempestad. Riadas que se sumergen en las mareas del viento. Ad...

The Beatles IV: "A Day in the Life"

Contrario a la introducción del programa Los cuatro grandes ,  de Súper Radio, en los 102. 3, del FM estéreo, hace cuarenta años terminó la historia . Así es, y el próximo sábado 10 de abril se conmemoran los cuarenta años de la disolución de The Beatles, el mejor grupo musical anglosajón del siglo XX . Por eso, hoy queremos continuar nuestro recorrido por su catálogo , y nada más y nada menos que con la que muchos consideran su mejor canción: “A Day in the Life”. Un tema genial, único, clásico desde todo punto de vista (lírico, musical, técnico, de producción, etc.), una verdadera obra maestra de la música popular contemporánea, que rompió esquemas y terminó de poner a todo mundo en guardia, porque ¿qué más se podía hacer después de esto? El cierre perfecto para el álbum más importante de la era del rock : el Sargento Pimienta . Ficha técnica Título: “A Day in the Life” (canción) Duración: 5´ 08 s (indefinidamente) Fechas de grabación: 19 y 22 de enero, y 3 y 10 de fe...

“Fairytale of New York”: un clásico para Navidad

  Spotify me dice que la canción que más escuché este año fue “Tiny Tears”, de Tindersticks. Lo que no sabe es que fue “Fairytale of New York”, de The Pogues, incansablemente, pero en YouTube.   ***   El jueves 30 de abril de este año pandémico sobrepasábamos ya los 50 días de cuarentena. Ese día, Abel Limbrick subió un cover de “Rainy Night in Soho”, de The Pogues. La cuestión es que durante el confinamiento he pasado escuchando a este grupo inglés de punk celta. Aunque más bien, debería decir que he pasado escuchando incansablemente “Fairy Tale of New York” (1987): en videos, en audio, en vivo, covers, etc.. Es decir, que he pasado moqueando. Qué canción más hermosa. Terriblemente hermosa. Una obra maestra.   ***   Parece que los ingleses son expertos en dejar llegar sus mejores canciones apenas al segundo lugar. Sucedió con “Strawberry Fields Forever”, en 1967. Veinte años después sucedió lo mismo con esta pieza de The Pogues. Y en 1995 pasó de nuevo, con “Co...