Mr. Nobody, de Jaco Van Dormael:
una fábula sobre las posibilidades y el tiempo
Ficha técnica
Título original: Mr. Nobody
Año: 2009
Duración: 138´
País: Bélgica, Francia, Reino Unido, Alemania, Sudáfrica, Canadá, Estados Unidos
Idioma: inglés
Guión y Dirección: Jaco Van Dormael
Reparto: Jared Leto, Diane Kruger, Sarah Polley, Linh Dan Pham, Rhys Ifans y Natasha Little
Música: Pierre Van Dormael
Fotografía: Christophe Beaucarne
Producción: Phillippe Godeau
En 1991, con 34 años, el director belga Jaco Van Dormael debutaba con una obra magnífica: Toto el héroe. En dicho filme, ambientado en un futuro cercano no especificado, el protagonista estaba seguro de que al nacer había sido cambiado por otro bebé, por tanto, se encontraba viviendo una vida que no le correspondía; entonces, hará lo posible por cumplir el destino que consideraba era suyo. Mediante su narración, en la cual exploraba distintos momentos de su vida, y a través del juego entre la realidad y el sueño, los flaskbacks y la ambigüedad, Van Dormael nos enfrentaba así con una trama y una estructura complejas, acerca de las posibilidades a lo largo de una vida. Siete años después, este director regresaba con la película El octavo día, con Daniel Auteuil, mucho más conocida comercialmente, pero con un estilo distinto (aunque se conserva el gusto por las secuencias de sueños). No es sino hasta el 2009 que nos ofrece su tercer trabajo como director, lo cual demuestra de algún modo la seriedad con que se toma lo que hace, por ello, no resulta gratuito incluso que parte del material sonoro esté tomado de La delgada línea roja, de Terrence Malick, un director que con 67 años apenas está en la posproducción de su quinto filme. La película en cuestión que ahora nos regala Van Dormael es Mr. Nobody, protagonizada por Jared Leto, y se puede considerar incluso una continuación, al menos estética y filosófica, de Toto el héroe.
Ambientada en el año 2092, Mr. Nobody nos cuenta la vida (las vidas) de Nemo Nobody, un hombre de 117 años, y el último mortal en un mundo en el que los seres humanos han logrado la inmortalidad gracias a una serie de avances científicos y tecnológicos. La vida de Nemo es transmitida (¿televisión?, ¿Internet?, ¿otro medio nuevo?) y la gente aguarda el día de su muerte. En este trance es entrevistado por un periodista, que se ve confundido porque no sabe cuál de las tres vidas posibles que le cuenta Nemo es la “real”; el problema es que Nemo tampoco lo sabe. Con este recurso, se logra además una identificación con el espectador, quien probablemente estará tan confundido como ellos dos. La vida de Nemo, su memoria, sus recuerdos, se construyen entonces como un collage en el cual se van superponiendo los distintos acontecimientos, sin que podamos determinar ninguno como “verdadero”; aunque por otra parte, puede que ese collage represente apenas el deseo de una vida jamás vivida. Nemo reconstrue (o deconstruye) lo que pudo ser su vida de haber permanecido con tres distintas mujeres.
La película se ofrece como un drama de ciencia ficción, en el que además necesitamos de claves surrealistas para comprenderlo. Por otra parte, podríamos encontrar ecos y relaciones con películas como 2001: A Space Oddisey, The Fountain o The Truman Show; asimismo, una referencia literaria sería la obra de Borges, especialmente “Las ruinas circulares” y los temas sobre el tiempo y la memoria. A todo ello, se suma el intertexto de la física cuántica, la teoría de cuerdas y otros problemas relacionados. Con una estilizada fotografía, efectos especiales apropiados y una banda sonora sumamente acertada y eficaz (creada a partir de temas pop de los cincuenta y sesenta y material original de Pierre Van Dormael, músico hermano del director) el filme logra generar una atmósfera particular y cautivante. Quizá alguno le reproche su extensión, y no faltará el que considere que la película es algo abigarrada o pretenciosa, y puede que estas críticas tengan razón, pero realmente cuesta imaginarla de otra forma si es que queremos plantearnos las interrogantes sobre la existencia que esta obra hace.
La trama se abre a una serie de reflexiones sobre las posibilidades que nos vamos encontrando a lo largo de nuestras vidas, una reflexión sobre esa decisión no tomada o sobre aquella que lo cambió todo. ¿Qué es el pasado, el presente y el futuro? Ya otros se han planteado tal interrogante, y consideran que tanto el pasado como el futuro son iguales porque no existen, o bien, que si podemos recordar el pasado también podemos recordar el futuro. De hecho, en su adolescencia Nemo insiste en que él es capaz de ver el futuro. Y ya en su vejez, antes de su muerte, el pasado es una nebulosa, como suele ser, pero también es un espacio de creación: ¿qué nos impide tomar las riendas del pasado? ¿Qué nos impide construirlo a la medida de nuestros sueños? Nemo nos presenta una gama de posibilidades, de escogencias, y su vida y sus recuerdos son una fábula nostálgica sobre el tiempo, sobre el amor y sobre la existencia diaria del ser humano en la encrucijada de una nueva era.
Título original: Mr. Nobody
Año: 2009
Duración: 138´
País: Bélgica, Francia, Reino Unido, Alemania, Sudáfrica, Canadá, Estados Unidos
Idioma: inglés
Guión y Dirección: Jaco Van Dormael
Reparto: Jared Leto, Diane Kruger, Sarah Polley, Linh Dan Pham, Rhys Ifans y Natasha Little
Música: Pierre Van Dormael
Fotografía: Christophe Beaucarne
Producción: Phillippe Godeau
En 1991, con 34 años, el director belga Jaco Van Dormael debutaba con una obra magnífica: Toto el héroe. En dicho filme, ambientado en un futuro cercano no especificado, el protagonista estaba seguro de que al nacer había sido cambiado por otro bebé, por tanto, se encontraba viviendo una vida que no le correspondía; entonces, hará lo posible por cumplir el destino que consideraba era suyo. Mediante su narración, en la cual exploraba distintos momentos de su vida, y a través del juego entre la realidad y el sueño, los flaskbacks y la ambigüedad, Van Dormael nos enfrentaba así con una trama y una estructura complejas, acerca de las posibilidades a lo largo de una vida. Siete años después, este director regresaba con la película El octavo día, con Daniel Auteuil, mucho más conocida comercialmente, pero con un estilo distinto (aunque se conserva el gusto por las secuencias de sueños). No es sino hasta el 2009 que nos ofrece su tercer trabajo como director, lo cual demuestra de algún modo la seriedad con que se toma lo que hace, por ello, no resulta gratuito incluso que parte del material sonoro esté tomado de La delgada línea roja, de Terrence Malick, un director que con 67 años apenas está en la posproducción de su quinto filme. La película en cuestión que ahora nos regala Van Dormael es Mr. Nobody, protagonizada por Jared Leto, y se puede considerar incluso una continuación, al menos estética y filosófica, de Toto el héroe.
Ambientada en el año 2092, Mr. Nobody nos cuenta la vida (las vidas) de Nemo Nobody, un hombre de 117 años, y el último mortal en un mundo en el que los seres humanos han logrado la inmortalidad gracias a una serie de avances científicos y tecnológicos. La vida de Nemo es transmitida (¿televisión?, ¿Internet?, ¿otro medio nuevo?) y la gente aguarda el día de su muerte. En este trance es entrevistado por un periodista, que se ve confundido porque no sabe cuál de las tres vidas posibles que le cuenta Nemo es la “real”; el problema es que Nemo tampoco lo sabe. Con este recurso, se logra además una identificación con el espectador, quien probablemente estará tan confundido como ellos dos. La vida de Nemo, su memoria, sus recuerdos, se construyen entonces como un collage en el cual se van superponiendo los distintos acontecimientos, sin que podamos determinar ninguno como “verdadero”; aunque por otra parte, puede que ese collage represente apenas el deseo de una vida jamás vivida. Nemo reconstrue (o deconstruye) lo que pudo ser su vida de haber permanecido con tres distintas mujeres.
La película se ofrece como un drama de ciencia ficción, en el que además necesitamos de claves surrealistas para comprenderlo. Por otra parte, podríamos encontrar ecos y relaciones con películas como 2001: A Space Oddisey, The Fountain o The Truman Show; asimismo, una referencia literaria sería la obra de Borges, especialmente “Las ruinas circulares” y los temas sobre el tiempo y la memoria. A todo ello, se suma el intertexto de la física cuántica, la teoría de cuerdas y otros problemas relacionados. Con una estilizada fotografía, efectos especiales apropiados y una banda sonora sumamente acertada y eficaz (creada a partir de temas pop de los cincuenta y sesenta y material original de Pierre Van Dormael, músico hermano del director) el filme logra generar una atmósfera particular y cautivante. Quizá alguno le reproche su extensión, y no faltará el que considere que la película es algo abigarrada o pretenciosa, y puede que estas críticas tengan razón, pero realmente cuesta imaginarla de otra forma si es que queremos plantearnos las interrogantes sobre la existencia que esta obra hace.
La trama se abre a una serie de reflexiones sobre las posibilidades que nos vamos encontrando a lo largo de nuestras vidas, una reflexión sobre esa decisión no tomada o sobre aquella que lo cambió todo. ¿Qué es el pasado, el presente y el futuro? Ya otros se han planteado tal interrogante, y consideran que tanto el pasado como el futuro son iguales porque no existen, o bien, que si podemos recordar el pasado también podemos recordar el futuro. De hecho, en su adolescencia Nemo insiste en que él es capaz de ver el futuro. Y ya en su vejez, antes de su muerte, el pasado es una nebulosa, como suele ser, pero también es un espacio de creación: ¿qué nos impide tomar las riendas del pasado? ¿Qué nos impide construirlo a la medida de nuestros sueños? Nemo nos presenta una gama de posibilidades, de escogencias, y su vida y sus recuerdos son una fábula nostálgica sobre el tiempo, sobre el amor y sobre la existencia diaria del ser humano en la encrucijada de una nueva era.
Comentarios
ademas de pretenciosa y efectista se fusilan de manera casi integra parte de la historia de "Los Amantes del Circula Polar" (que por cierto también toca el tema de las posibilidades y las elecciones)
Saludos Gustavo!
Cae muy bien este comentario en momentos de la exhibición de "El origen", de Christopher Nolan. Asterión: creo que ahí le dejé una respuesta a su respuesta a mi texto... en mi blog, por si quieres volver.
William: entiendo tu punto, de hecho lo dejé entrever en la reseña ("muchos la encontrarán pretenciosa", yo mismo, pero me aguanto). Y gracias por recordarme "Los amantes...", toda la razón y una excelente referencia.
William: parece que va en mayúscula. Yo, por el contrario, cada vez veo más en dvd que en el cine mismo. Imagínese que no pude ver "A ojos cerrados" porque la fila de la boletería era gigante, y no para esa misma película, sino para cualquiera, con lo cual uno queda desarmado. Luego, el escándalo y el salvajismo de la mayoría de espectadores realmente es un dolor de cabeza.
Tomo su recomendación de la película de Gondry, y además le reitero al menos "Toto el héroe".
Sí leí el comentario de Carlos Bonilla, aunque no me quedó muy claro.
Saludos a todos y gracias por pasar
Alexánder: a pesar de esta brevísima intervención, jeje, se agradece. Ya se te extrañaba por esta casa.
Saludos a ambos y gracias por pasar
Saludos y gracias por pasar