El problema del esencialismo en la enseñanza de la literatura
1. El Ministerio de Educación Púbica (MEP) ha cambiado de nuevo el contenido de los programas de literatura.
2. Cuando uno ve estos cambios se percata de que el problema no son los libros, sino el Ministerio. Y por supuesto, el MEP no se entera de que el problema es un asunto de forma, no de contenido: cambian los programas, pero los métodos se mantienen incólumes.
3. Después, los mismos docentes culpan a los libros de ser rígidos, pero peor aún, culpan a los análisis de ser rígidos, como si eso dependiera del libro.
4. El Ministerio parte de una posición esencialista: los libros son una sustancia (buena o mala, entretenida o aburrida) capaz de generar análogos sentimientos en el “alma” del estudiante; ergo, si se cambia la sustancia, cambiará el estudiante.
5. Si el estudiante no cambia es por vago o por bruto, jamás porque el vago o bruto sea el profesor.
6. Además, esa sustancia llamada libro debe perseguir un fin moral, acorde con las ideas morales de la sociedad. Dicho fin moral es a su vez la esencia de esa sustancia, y permanece inmutable a lo largo de la eternidad.
7. Otra característica de esa “sustancia literaria” es que debe responder a la “realidad”. El realismo sigue siendo una idea fija. Obvio, es un fundamento del positivismo decimonónico que aún permea toda nuestra cultura.
8. Los “profesores de español” (que deberían ser profesores de lengua y de literatura) aplauden el cambio, porque aseguran que de por sí los estudiantes no leían: el Quijote es muy aburrido, largo y complejo, mejor leer El niño con el piyama a rayas, que muestra una visión estúpida del mundo y listo. Además, de fijo tiene película, entonces es más fácil.
9. El MEP parte de que la literatura es una “cosa en sí” encerrada en un “objeto en sí” llamado justamente “libro (en sí)”. Por tanto, se trata de encontrar esa cosa en sí y asunto resuelto.
10. El MEP no se da cuenta de que el problema no son los libros.
11. El MEP no quiere entender que la literatura es un problema de relaciones entre un lector y un texto, pero ante todo, que la literatura no es una esencia.
12. Si el MEP leyera a Borges quizá aprendería algo: un libro no es una cosa, sino el conjunto de lecturas que de él se hagan.
13. Mientras se siga creyendo que los estudiantes lograrán disfrutar la lectura dependiendo del supuesto contenido de los libros, seguiremos en lo mismo: por unos 15 años leeremos (no leeremos, claro) una cosa, para comprobar que realmente el estudiante no lo hace. Entonces, un nuevo cambio. Nuevos contenidos. Y el mundo igual.
14. ¿Ya lo dije? El problema no son los libros.
Corolario: De los seis años a los 15 el estudiante lee “El pajarito y la flor”, y cuando llega a sus 16 y le imponemos la Odisea, nos asombramos de que dicho estudiante no tenga un mínimo de vocabulario.
Otro corolario: Murió José Saramago.
Comentarios
Efectivamente, se asume que la lectura por la lectura, sin tener claro el para qué.
Se lee ahora lo liviano, lo fácil, lo sencillo, lo actual... todo aquello que no represente un reto intelectual, porque ¿pensar para qué?
En fin, perdona si me he excedido en mi comentario, porque es un tema que me apasiona y me saca chispas...
Cistian: para nada te has excedido. Este espacio está abierto precisamente para la discusión, y por el contrario, agradezco tus aportes.
Concordamos en líneas generales con parte de los problemas.
Ahora, ciertamente podemos decir que los estudiantes son perezosos, la pregunta sería por qué lo son. Definitivamente la repsonsabilidad es compartida, pero mientras los profesores tengan un nivel tan bajo y el MEP sea tan cerrado, poco se podrá hacer por cambiar eso.
El cambio debe venir en todos los ámbitos. Yo considero que los primeros que deben ser evaluados son los profesores. Así se demostraría el pésimo nivel que tienen. Y como he dicho en otros momentos, están llenos de prejuicios y estereotipos.
Además, se debe contemplar que el estudiante debe ser capaz de leer no solo lo escrito, sino todos los signos de su cultura: cine, música, literatura, televisión, internet, etc.
Alexánder: así es, gran parte del asunto pasa por el gusto y placer que el mismo profesor siente al compartir con estudiantes acerca de un texto, o de un tema x. Si el profesor se muestra aburrido, pero peor, ignorante, el estudiante difícilmente se interesará. No le representará un reto.
Yo he tenido múltiples experiencias, con niños, adolescentes y universitarios, y las posibiliades son muchas.
Amorexia: más o menos como "el que piensa pierde". La idea es brincarse el problema: cambiemos el contenido y que se las arreglen los que vengan, que a su vez harán lo mismo.
Lo otro es que sería interesante que los estudiantes estuvieran en capacidad de ver una película de Tim Burton y contaran con las herramientas para analizarla desde diferentes punbtos de vista. Que pudieran comparar la estructura de una novela con la de un filme, etc. Las posibilidades, como he dicho, son muchas.
Saludos a los cuatro y gracias por pasar y comentar
Hasta que entran a las escuela y les exigen qué y cómo es lo que deben leer.
Siempre les decía que eso de que la educación es para hacer pensar era falso. La educación es para enseñar a pensar de un modo específico.
Saludos y gracias por pasar
Saludos
Comparto que la eliminación de El Quijote se debe a un tema de mediocridad ambiente. El estudiante es un "pobrecito" que no puede léerselo debido a su extensión y la educación literaria no es capaz de motivarlo a hacerlo.
Ahora bien, los cambios realizados no siento que supongan una tragedia en sí misma. El Quijote, las Rimas de Bécquer y demás textos eliminados son valiosos; sin embargo no los concibo como indispensables.Existe un número abundante de literatura de buena calidad a la disposición.
Costa Rica nunca ha sido un país de gran cantidad de lectores, ni en calidad. No obstante, en las últimas décadas
mi percepción dicta hacia un empobrecimiento del valor de la lectura, que se ve reflejado en los bajos índices de lectura en primaria y secundaria.
Urge que los estudiantes lean. Siento que la forma de encarar el problema inicia por dejar de preocuparse tan solo por la calidad estética de los textos. Durante muchos años la escogencia de los textos ha residido en "expertos" en el área que han seleccionado obras basándose en su calidad indiscutible, aparte de su representatividad con una época literaria. Eso siempre ha sonado un ideal bellísimo. Nadie de este equipo que acompaña a la Asesora Nacional, se ha preocupado, de acuerdo con mi visión, de lo más importante: que los textos tengan relación con los jóvenes y les resulte de interés.
Para mi gusto la educación de la literatura debe educar a amantes de la lectura y desde luego, a personas con un elevado sentido crítico-reflexivo. Nada ganamos con proponer obras valiosas que enfrenten a un lector novato con obras brillantes, pero que lo amedrenten. Alguien diría por ahí, eso es pobreza en el área pedagógica, porque el profesor puede motivarlo a leer, realizar análisis profundos e interesantes y evaluarlo innovadoramente para obligar la lectura. Eso puede funcionar, pero desgraciadamente en muy pocos jóvenes. Recuérdese, la pobre educación lectora que tiene la mayoría de estudiantes en Costa Rica en las instituciones públicas(porque las privadas son harina de otro costal). La mayoría de educandos al llegar a séptimo año no se ha leído siquiera dos novelas completas(puede que ninguna), y de pronto se enfrenta en el colegio con textos que si bien son valiosos estéticamente, pero no tienen nada que ver con él.
Por eso antes que la calidad de las obras(concepto que de por si es demasiado subjetivo) abogo por una literatura que los convierta en unos seres deseosos y desesperados por la lectura para que tarde o temprano acudan a las máximas obras de la literatura.
Volviendo al punto original, lo que me molesta de la eliminación de los textos literarios ya declarados, es que dicho afán no procede de un plan nacional de lectura, o algo por el estilo, sino por lo que parece, a dos tristes y horribles enfermedades costarricenses que se solpan la una a la otra: la mediocridad y la falta de planificación.
Todo esto lo formulo desde mi perspectiva como profesor de secundaria con casi una década en ejercicio.
Ciertamente hay mucho en juego en el ambiente y en el contexto, aunque no necesariamente le endilgaría la responsabilidad a los padres. Al menos de entrada, por un asunto político, creo que se le da un valor excesivo a la familia.
Fernando: sí, es un tema que se ve por todo el contienete.
Emilio: bienvenido a esta casa.
Yo no defiendo ni el Quijote ni Mamita Yunai. De hecho, no estoy defendiendo ninguna posición estética. Mi crítica contra el cambio es precisamente porque cambian la lista de títulos y creen que eso resuelve algo. No hay cambios de forma. Esto vos también lo señalás en tu útimo párrafo.
Yo no cosnidero que los libros sean eternos ni tengan mensajes importantes para toda la humanidad, y por tanto deban permanencer en los programas de estudio. Así como se puede considerar importante leer el Quijote, tenemos otros tantos libros de calidad.
Por otro lado, sí, el problema son esos "expertos", que se basan solo en el sentido común y lo políticamente correcto: lo que sea famoso va para la lista. Por eso, tanto vale para ellos el Quijote como el güila a rayas.
Finalmente, los estudiantes pueden leer desde un clásico grecolatino hasta un clásico de ciencia ficción. No creo que haya obras que estén "más cerca de ellos" o de su sensibilidad. Depende del enfoque y el modo en que se les presente. Esa ha sido mi experiencia. El profesor puede abrir el panorama, y dejar de escudarse en la obligatoriedad.
Saludos a los tres y gracias por pasar
Si existe una lista con 143 obras, bien el profesor puede(si tiene gans y no le da pereza)usarlas y si no emplear otras que se ajusten a lo que quiere. Al final lo que importa, es que como docentes le enseñemos a la gente a que lea críticamente la realidad no importa cuán nauseabunda sea.
Saramago y Monsiváis: literatos de la justicia social
Murió el portugués José Saramago en España. Luego el mexicano Carlos Monsiváis en México. Es posible –como lo ha escrito el uruguayo Eduardo Galeano– que ellos sean de los perdedores de siempre... ver más en mi blog y, por favor,
deja la firma de tu blog.
William: a veces uno preferiría no ser "tan tristemente certero".
Saludos a ambos y gracias por pasar
P.D: perdon los errores de ortografia me encuentro en un sistema ingles y pues la tilde del teclado latino es dificil encontrarla
P.D.2: les invito a pasar por mi blog y leer lo que es parte de mi primer texto narrativo largo. cuya realizacion lleva ya un par de años encima (no es el unico texto que esta en desarrollo) visiten http://maurosolish.blogspot.com/ los espero
Saludos y gracias por tus aportes
Estamos atravesando unos tiempos en que ha desaparecido esa élite culta, por ejemplo, esa que llegó a formar la Institución Libre de Enseñanza, y que sólo unos cuantos españoles pudieron disfrutar de ella, porque la mayoría de los profesores tuvieron que emigrar (a marchas forzadas) a Méjico, y en general a toda América Latina.
Me refiero a que corren tiempos dificiles en ese sentido, sin referentes actuales cultos en la universidad y en los institutos, como los hubo hace años.
Besito
Por lo demás, no hay interés de parte del cuerpo de profesores, que a fin de cuentas es empujado a buscar el modo inmediato de satisfacer las necesidades básicas y listo. Así es muy difícil lograr algo.
Saludos y gracias por pasar