Otra vuelta de tuerca sobre la crítica literaria y el mercado editorial en Costa Rica: reflexión y denuncia

A lo mejor en todo el mundo es igual, pero no puedo hablar por todo el mundo. El asunto es que la crítica literaria en Costa Rica es imposible. Y cuando digo crítica literaria, me refiero a aquella donde se denuncia la mala calidad de un texto, el pésimo producto editorial que se ofrece o el oportunismo de los involucrados en el proceso. Esta crítica no tiene cabida, aún cuando se haga de forma abierta, frontal y asertiva. Por el contrario, todo parece indicar que lo ideal es seguir callándose, no decir nada sobre nadie, no emitir criterios y aplaudir el libro de turno.
Gran parte de los escritores critican el status quo, pero no se dan cuenta de que ellos mismos tienen el suyo, uno donde no puede haber disenso y nada puede cuestionarse. ¿Acaso no es eso ser conservador y reaccionario? Pues no. Resulta que es conservador quien hace crítica honesta. Resulta que es oficial quien critica los productos de mala calidad. Resulta que es un anacrónico quien se atreve a preguntarse por las propuestas estéticas. Resulta que es un trasnochado quien trabaja la técnica. Resulta que es demodé dialogar con la tradición clásica.
Muchos autores sobredimensionan las ideas de subjetividad y libertad, hasta el punto de convertirlas en un nuevo dogma. Dentro de esta tendencia, la crítica no tiene cabida, porque se considera que esta es parte de la academia. Peor aún, se considera que la crítica es un ejercicio externo a lo literario. No se dan cuenta de que la crítica es un ejercicio textual como cualquier otro, un ejercicio de creación. Ahora bien, por esto mismo, está claro que la crítica misma debe ser siempre cuestionada, interpelada, en un proceso dialógico, no simplemente negada o rechazada.
La literatura existe porque se habla de ella. Es decir, sin la crítica las obras son invisibles. La literatura costarricense sigue siendo invisible porque seguimos siendo una sociedad conservadora, y las últimas generaciones son aún más conservadoras. Dentro de una sociedad conservadora no es posible disentir, discutir o analizar. Una sociedad conservadora buscará, por cualquier medio, que las cosas sigan igual. Lo terrible de esto es que la gente que forma parte de dicha sociedad no se da cuenta.
Tal manifestación del conservadurismo y de las actitudes reaccionarias no pertenece solo a la literatura, está claro, sino que forma parte de todos los ámbitos sociales. En la universidad es notorio cómo cada vez más jóvenes están de acuerdo con posturas ideológicas de extrema derecha, como la tenencia de armas o la pena de muerte.
Pero volvamos a lo básico: ¿dónde están los espacios de crítica literaria en Costa Rica? ¿Cuántas revistas de discusión teórica tenemos? ¿Cuántos foros, debates, charlas, seminarios, congresos y demás tenemos? Y con esto no me refiero a las universidades. Eso es caso aparte, pues parece que son las únicas donde hay, lastimosamente, espacio para la discusión. Me refiero a todos aquellos autores que no forman parte necesariamente de las academias. ¿Cuáles son sus espacios de discusión y análisis? ¿Cuáles son sus propuestas?
Denuncia
La crítica en Costa Rica sigue siendo una necesidad prioritaria. Lamentablemente, quienes intentamos contribuir con dicha idea, y ponemos nuestro nombre y nuestra cara para ello, somos atacados por diferentes medios. O en este caso, debo decir sinceramente, soy atacado por diferentes medios.
Primero están los anónimos, muchas veces divertidos, pero incapaces de una sola idea, ejemplos de cobardía y chatura mental. Luego están los trolls (en el ámbito cibernético), que intentan generar absurdas rencillas y enfrentamientos gratuitos entre personas que probablemente no se conocen y que en realidad se respetan. Y por último, están quienes amenazan con agredir físicamente.
Esto me sucedió el viernes pasado por la noche, en un bar en la Calle de la Amargura, al toparme con el señor Carlos Aguilar, editor privado; dueño y diagramador de Perro Azul, quien me dijo, textualmente: "Deje de andar hablando de mí, porque la próxima vez le voy a pegar un pichazo". No tengo idea de a qué se refiere con eso, puesto que nunca he mencionado su nombre, a menos que haga alusión al sello editorial del cual él forma parte, y del que públicamente he expresado (sin contar que también he dicho cosas positivas) algunos de los problemas que sus libros suelen presentar en el ámbito editorial. ¿Será que se siente amenazado por mi persona? ¿Será que un troll real, por no poder dejar comentarios anónimos en este blog, se ha encargado de seguir su campaña en mi contra? En cualquier caso, esto le digo al editor:
Señor Aguilar, su vida personal no es de mi incumbencia, pero el producto editorial que usted ofrece sí que lo es, y si no le gusta que la gente critique sus publicaciones, debería pensar en cambiar de negocio. Si no está de acuerdo con lo que uno expresa, manifiéstelo abiertamente, presente los argumentos. Si no le agrada que los lectores se den cuenta de las erratas constantes de las cuales son víctimas sus libros, tenga más cuidado, revise, trabaje, haga lo que hace un editor: revisar. Deles un trato adecuado a sus autores, sobre todo porque con su sello se han dado a conocer, y se mantienen hasta hoy vinculados, escritores sumamente valiosos, que merecen respeto y calidad, porque ellos le están entregando a usted su trabajo.
Y a los autores que publican con este sello, muchos de ellos gente a quien conozco y aprecio, amigos, excelentes escritores, no permitan que esto siga sucediendo, exijan calidad en sus ediciones, porque ustedes están dando calidad literaria.
Gran parte de los escritores critican el status quo, pero no se dan cuenta de que ellos mismos tienen el suyo, uno donde no puede haber disenso y nada puede cuestionarse. ¿Acaso no es eso ser conservador y reaccionario? Pues no. Resulta que es conservador quien hace crítica honesta. Resulta que es oficial quien critica los productos de mala calidad. Resulta que es un anacrónico quien se atreve a preguntarse por las propuestas estéticas. Resulta que es un trasnochado quien trabaja la técnica. Resulta que es demodé dialogar con la tradición clásica.
Muchos autores sobredimensionan las ideas de subjetividad y libertad, hasta el punto de convertirlas en un nuevo dogma. Dentro de esta tendencia, la crítica no tiene cabida, porque se considera que esta es parte de la academia. Peor aún, se considera que la crítica es un ejercicio externo a lo literario. No se dan cuenta de que la crítica es un ejercicio textual como cualquier otro, un ejercicio de creación. Ahora bien, por esto mismo, está claro que la crítica misma debe ser siempre cuestionada, interpelada, en un proceso dialógico, no simplemente negada o rechazada.
La literatura existe porque se habla de ella. Es decir, sin la crítica las obras son invisibles. La literatura costarricense sigue siendo invisible porque seguimos siendo una sociedad conservadora, y las últimas generaciones son aún más conservadoras. Dentro de una sociedad conservadora no es posible disentir, discutir o analizar. Una sociedad conservadora buscará, por cualquier medio, que las cosas sigan igual. Lo terrible de esto es que la gente que forma parte de dicha sociedad no se da cuenta.
Tal manifestación del conservadurismo y de las actitudes reaccionarias no pertenece solo a la literatura, está claro, sino que forma parte de todos los ámbitos sociales. En la universidad es notorio cómo cada vez más jóvenes están de acuerdo con posturas ideológicas de extrema derecha, como la tenencia de armas o la pena de muerte.
Pero volvamos a lo básico: ¿dónde están los espacios de crítica literaria en Costa Rica? ¿Cuántas revistas de discusión teórica tenemos? ¿Cuántos foros, debates, charlas, seminarios, congresos y demás tenemos? Y con esto no me refiero a las universidades. Eso es caso aparte, pues parece que son las únicas donde hay, lastimosamente, espacio para la discusión. Me refiero a todos aquellos autores que no forman parte necesariamente de las academias. ¿Cuáles son sus espacios de discusión y análisis? ¿Cuáles son sus propuestas?
Denuncia
La crítica en Costa Rica sigue siendo una necesidad prioritaria. Lamentablemente, quienes intentamos contribuir con dicha idea, y ponemos nuestro nombre y nuestra cara para ello, somos atacados por diferentes medios. O en este caso, debo decir sinceramente, soy atacado por diferentes medios.
Primero están los anónimos, muchas veces divertidos, pero incapaces de una sola idea, ejemplos de cobardía y chatura mental. Luego están los trolls (en el ámbito cibernético), que intentan generar absurdas rencillas y enfrentamientos gratuitos entre personas que probablemente no se conocen y que en realidad se respetan. Y por último, están quienes amenazan con agredir físicamente.
Esto me sucedió el viernes pasado por la noche, en un bar en la Calle de la Amargura, al toparme con el señor Carlos Aguilar, editor privado; dueño y diagramador de Perro Azul, quien me dijo, textualmente: "Deje de andar hablando de mí, porque la próxima vez le voy a pegar un pichazo". No tengo idea de a qué se refiere con eso, puesto que nunca he mencionado su nombre, a menos que haga alusión al sello editorial del cual él forma parte, y del que públicamente he expresado (sin contar que también he dicho cosas positivas) algunos de los problemas que sus libros suelen presentar en el ámbito editorial. ¿Será que se siente amenazado por mi persona? ¿Será que un troll real, por no poder dejar comentarios anónimos en este blog, se ha encargado de seguir su campaña en mi contra? En cualquier caso, esto le digo al editor:
Señor Aguilar, su vida personal no es de mi incumbencia, pero el producto editorial que usted ofrece sí que lo es, y si no le gusta que la gente critique sus publicaciones, debería pensar en cambiar de negocio. Si no está de acuerdo con lo que uno expresa, manifiéstelo abiertamente, presente los argumentos. Si no le agrada que los lectores se den cuenta de las erratas constantes de las cuales son víctimas sus libros, tenga más cuidado, revise, trabaje, haga lo que hace un editor: revisar. Deles un trato adecuado a sus autores, sobre todo porque con su sello se han dado a conocer, y se mantienen hasta hoy vinculados, escritores sumamente valiosos, que merecen respeto y calidad, porque ellos le están entregando a usted su trabajo.
Y a los autores que publican con este sello, muchos de ellos gente a quien conozco y aprecio, amigos, excelentes escritores, no permitan que esto siga sucediendo, exijan calidad en sus ediciones, porque ustedes están dando calidad literaria.
Comentarios
El tema de la crítica frustrante. Es lastimoso vivir en un ámbito donde la mediocridad institucionalizada solo ve como crítica permitida aquella que sea piropo, nunca señalar las carencias, errores o apreciaciones encontradas.
Cualquier forma de la crítica que se aparte de la adulación es peigrosa y "agresiva"... pocas oportunidades de crecimiento tiene quienes así lo asumen.
Seguí adelante, Gustavo Solórzano; que nada te detenga, vas por el camino correcto (cuatro libros lo demuestran)… se necesita más que un “pichazo” para detenerte a vos, que los has recibido todos y te has hecho fuerte por ello.
Igual ahora Uds. como no tenían problemas se echaron encima el bulto de Honduras.
Si por alguno de los dos motivos tenés que salir del país, en Argentina serás bienvenido.
Suerte.
Janfi
Si decís: "tus libros están cargados de erratas, podrías corregirlos de una mejor forma", quien los produce hace la traducción a "tu vida está llena de erratas, ponele parches a todos tus errores y arreglá todos tus problemas personales, que das vergüenza". Así no habrá oportunidades de mejora, y es triste que eso pase por actitudes tan simplistas.
Yo no veo con buenos ojos, y te lo digo sin ánimo de joder, que los críticos se quejen de que la gente se enoje con ellos. Es parte del juego. Hay que saber que haciendo crítica nunca se han conseguido el primer puesto en un concurso de popularidad.
A mi modo de ver la postura digna de un crítico es mantener el curso sin importar las tormentas que estallen a su alrededor, o alrededor de su nariz y decir lo que iba a decir sin importar lo que le puedan gritar luego en la Calle de la Amargura.
Finalmente debo decir que si alguien, por la razón que sea le ofrece a uno un "sandwich de nudillos", lo que dicta la cortesía y la etiqueta en todos los casos es la reciprocidad, a dos manos.
Luis: así es, todos recordamos a esos niños. Y en este juego, acepto que cada quien debe "aguantar" y ver cómo supera los baches, pero siempre habrá gente que no aguanta y se sale de sí.
Gracias por tu voto de confianza y apoyo.
Janfi: jaja, muchas gracias por el asilo poético. En la de menos me doy una vuelta un día de estos.
Sentenciero: también, completamente de acuerdo. Tomar una crítica como algo personal es sumamente ingenuo.
Uno comprende, y a uno mismo le puede suceder, que se sienta mal, herido o incómodo por los comentarios de otros, pero de ahí a tomar una actitud bélica y de agresión física hay mucho trecho.
La crítica no es un asunto personal, aunque eso es lo más difícil de entender.
Juan: también de acuerdo. Ya uno de antemano sabe que la gente aludida se va a molestar, y a pesar de eso uno escribe, sea crítica o sea "mera poesía".
Sobre tu segundo párrafo, no puedo aceptarlo. Si me meto en esto, claro, debo aguantar, sobre todo porque de antemano sé que tengo la batalla perdida, pero una cosa es aguantar críticas, enojos, anónimos, campañas en contra o contrargumentos malos y otra es tolerar amenazas de este tipo.
Precisamente, por mantener una actitud digna, no me he echado para atrás, y denuncio públicamente, y esta vez del modo más claro y directo que puedo. Y seguiré haciendo crítica cada vez que lo estime conveniente.
Saludos a los cuatro y gracias por comentar.
Y bueno, conozco la teoría matemática de tu mamá, por eso no me hice el loco y además seguiré con lo mío, por supuesto.
Saludos.
Imposible confiar en una crítica seria pues no existe si no eres parte de un clan.
Y aplaudo la contraposición de todo lo que dices...sobre ser un trasnochado, un demodé o un anacrónico solo porque intentas rebuscar o hacer las cosas a un modo que no calza con otros.
Es duro este campo de batalla, yo ya he pasado por ciertos exilios y aún me duele cuando salen algún trolls estúpido que en lugar de dar crítica sana no alabada sino medular o constructiva...te saca su gusto por el chayote donde nada tiene que ver y te atacan de forma personal.
No hay espacios para la crítica, no los hay... a no ser por estas líneas blogueras donde encuentra uno personas como vos al "dente" para cocer una buena pasta literaria.
Y sobre el sello de ser "editor" pesa muchas canastas, si fuera solo meter algo al horno pero los detalles y las no imperfecciones son las que hacen que una editorial tenga su nombre de oro, desmiembran la calidad del contenido y ambas son importantes para cualquier autor.
Y hombre, sigue haciendo lo que haces sin norte...sigue creyendo en que lo que haces aún a costo de salir de vez en cuando amenazado...
Algo más que libros: no, si estas actitudes no tienen que ver con determinadas actividades. En general, la gente no acepta críticas, y se enoja, que está bien, todos tenemos derecho, pero luego vienen las actitudes inadmisibles.
Y si hay leche carbonera, pues ni modo, problema del que gusta beberla.
Luissiana: es bueno saber que se considera que el trabajo que se hace tiene algo de seriedad. Los blogs, en parte los que vos citás, se han convertido en un espacio de reflexión, de crítica y de divulgación de los textos, y eso es lo importante, y eso es lo que hay que seguri haciendo, seguir visibilizando nuestra producción, desde difernetes puntos de vista, porque solo así existe, y eso es algo que he sostenido desde que empecé en esto.
Saludos y gracias a todos por pasar.
La crítica literia o crítica en el arte en general, debería funcionar como una forma de acercamiento de las obras al público, el problema es que se limita a simples descripciones, en el mejor de los casos. Totalmente de acuerdo respecto al hecho de que se debe hacer una revisión de la crítica, pues si bien es una opinión informada, no deja de ser una opinión. Pero es este mismo de generación de espacios de diálogo, lo que permite que el arte se desarrolle, que crezca y que mejore.
La crítica literaria y la crítica del arte en general, deberían generar un acercamiento entre las obras y el público, sin embargo, en el mejor de los casos, se limitan a simples descripciones.
Totalmente de acuerdo con vos respecto al hecho de que la crítica es un ejercicio creativo también y que ésta debe ser revisada, pues, si bien es una opinión informada, no deja de ser una opinión.
La crtitica del arte es más importante fuera de la academia, pues es el "mundo real" donde puede cumplir su propósito. Aunque es claro es que dentro de ella en donde se forja.
Concordamos en este aspecto. La crítica tradicional se basa en impresiones, a veces ni siquiera describe aquello que crítica, sino que da vueltas y endilga adjetivos.
La crítica se forja en la academia, y es cierto, es una lástima que se quede ahí. Las revistas de las universidades, por ejemplo, terminan siendo un espacio para que sus propios profesores ganen puntos, pero ni entre ellos se leen. Luego, no hay relación entre esos textos críticos y el ejercicio de la docencia, menos pensar en que esos textos lleguen a las escuelas o secundarias.
La literatura y su crítica son ejercicios dialógicos, autorrefelxivos y creativos.
Saludos y muchas gracias por la visita y tus comentarios.
Saludos.
A gentleman will walk but never run"
"Gentleness, sobriety are rare in this society/ at night a candle's brighter than the sun...
...be yourself no matter what they say".
Adelante a la crítica abierta, honesta y constructiva. Creo que en la tarea de criticar literatura, no solo debe uno aprender a criticar, sino también aprender a recibir la crítica.
Adelante con la crítica.
Saludos y gracias por pasar.
Es bueno, con pichazos o sin ellos, poder mostrar orgullosos nuestras heridas de guerra como trofeos. Y en eso Gustavo aciertas.
Peor sería la indiferencia absoluta. La maldita, ninguna como ella para hecerte pedazos!!! Pero tú no has tenido amores con ella.
Hace algunos años, me encontré con un amigo y novelista entrañable y querido por esos mismos y amargos lugares sanpedranos, nos dimos un cálido abrazo y enseguida me dice:
"veni, quiero presentarte a mi editor"
Llegamos hasta el susodicho, mi amigo se dirige a él:
"mira Carlos, aquí te presento un amigo narrador que quiero que conozcas"
El editor en todo caso no me miró, me dejó con la mano extendida, no se dignó a saludarme... 30, o 40 segundos después de la incomodidad, mi amigo, lleno de congoja, me miró y tratando de dar una justificación imposible me dijo:
"disculpalo, es que él es a veces así, mañana ni se acuerda"
.....
Y bueno, tampoco habrá nada que agregar a lo dicho. Excepto que en su útimo libro, se le olvidó un pequeño detalle: incluir el último poema de su autora. Nimiedades. Lo importante es sacar el libro, ¿verdad?
Saludos y gracias por pasar.