Ir al contenido principal

Un poema de Yusef Komunjakaa

Gracias a la recomendación de Vedemécum pude conocer a este poeta, cuyos textos me gustaron bastante. Entonces, a lo mejor irresponsablemente, traté de “pasar en limpio mi lectura”. Hay un aire en este poema que me hace añorar un acercamiento similar.


Creer en el acero


Yusef Komunyakaa (Louisiana, Estados Unidos, 1947)


Las colinas que mis hermanos y yo creamos
nunca encontraron su balance, y les tomó años
descubrir cómo funcionaba el mundo.
Podemos mirar un árbol de mirlos
y decir cuántos de ellos habitaron sus ramas,
pero con el chatarrero
nuestras cuentas nunca resultaron.
Semanas de levantarse y gruñir
nunca aportaron demasiado,
pero no podíamos dejar

de creer en el acero.
Camiones y carros abandonados
yacen sujetos al suelo
por sólidos y nostálgicos racimos de uvas,
fuertes como una docena de agricultores

que comparten su cosecha.
Retornamos con nuestro carretillo
que se quejaba bajo una nueva carga,
aunque los lirios vivieran mejor
en su lánguida tierra de Agosto.
Entre papales y botellas,
el humo de la fundición borró los atardeceres,
y no podíamos creer que el acero
permitiera que hubiese hombres

que se inclinaran tan cerca de la tierra,
como si el bronce bajo su aliento
colocara en una pesa el cielo gris.
A veces sueño cómo nuestras colinas
se hunden en un océano de metal,
como si todo se convirtiera en un ancla
de un barco de guerra o de un bombardero,
afuera, sobre los árboles en flor,
demasiado rojos para mirarlos.


Traducción de Gustavo Solórzano Alfaro

Comentarios

Mon ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mon ha dicho que…
Hay una transparencia en este poema que permite al lector acercarse a un momento, una realidad social distante.
Al leer el poema (en su versión original)se puede escuchar al autor en él.
Lilya Nuratis ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Lilya Nuratis ha dicho que…
siempre es un placer conocer nuevos poetas... desmenuzarlos, compartirlos... gracias por acercalo!!! y gracias por insentivar mis ganas de cuiriosear por otros pagos..

La imagen que subi es de Alessandro Bavari, me di cuenta hace poco q deberia dejar al pie el nombre de cada artista, lo tendre en cuenta!!!

un calido beso!!
Lilya


p.d: hoy es el dia de las equivocaciones y los mensajes eliminados jeje
Natasha Tiniacos ha dicho que…
Te voy a coronar como el mejor lector. Me alegra mucho ver que lo has trasladado al español, Gustavo. "Creer en el acero" es uno de los poemas por los que Komunyakaa ha merecido el título de "soldado poeta". "Podemos mirar un árbol de mirlos/ y decir cuántos de ellos habitaron sus ramas,/ pero con el chatarrero/ nuestras cuentas nunca resultaron". Aquí observamos la relación entre la belleza y la guerra, una de las tantas conexiones que le interesan y de la cual emerge el dolor de forma efervescente. Por eso me inquieta lo que habrás podido recordar al pasar en limpio tu lectura.

Por cierto, hay lecturas de Komunyakaa en YouTube. Pero como a este comentario le atañe "Creer en el acero", te dejo una interpretación visual de otro de sus poemas relacionados a Vietnam: http://www.youtube.com/watch?v=dRFs8facs5c
Germán Hernández ha dicho que…
Qué poema tan triste!

Y a uno le queda más remedio que contemplar su obra moribunda desde esas colinas que se hunden.

Gracias.
Leandro ha dicho que…
Extraordinario, gracias por la revelación.
Anónimo ha dicho que…
Mon: a lo mejor es esa palabra, "transparencia", ese algo que añoro.

Y en la versión en español,¿qué se escucha?

Lilya: claro es que es un plcer descubrir poetas.

Alessandro Bavari: dato anotado.

P. D. Siempre hay espacio para las equivocaciones.

Natasha: jaja, gracia por ese inmerecido honor. Agradecido esoty con vos por llevarme a este autor y con él, por este texto.

Bueno, ahora tomaré un rato para acatar esta nueva tarea que me has asignado, y ver al poeta "en vivo".

Germán: ciertamente, es de una tristeza, a la vez que de una calidez, sorprendentes.

Con mucho gusto.

Leandro: probablemente para mí también fue una revelación.

Saludos a todas y a todos y muchas gracias por pasar.
Mon ha dicho que…
En su versión original (yo) escucho hasta el acento de greengo negro entre las estrofas (¿demasiado imaginativa?). En la traducción, como es de esperarse...apenas mi voz leyendo.
Anónimo ha dicho que…
Mon: es decir, que la traducción no te dijo nada.
Mon ha dicho que…
No, es una buena traducción, me lo dijo todo pero con otra voz.
Anónimo ha dicho que…
OK, Mon, ahora sí me voy contento como un niño agradecido, jeje.
Gustavo Adolfo Chaves ha dicho que…
Coincido con Mon en ese otro tono de la traducción. En el original la voz se siente declamativa, asombrada pero sin dudas. En la traducción hay una tristeza forjada quizá por la distancia entre nosotros, nuestra lengua, y las cosas que describe el poema. Nunca le había puesto atención a Komunjakaa. Gracias por compartir.
Anónimo ha dicho que…
G. A.: toda traducción es, precisamente, una forma de interpretación, y esta requiere alejamiento, tomar distancia, para decir otra cosa, para producir un nuevo texto.

Entradas populares de este blog

Un poema de Laureano Albán

Dedicado a Anónimo Inventarios terrestres A Antonio Enrique Hay delgadísimos sonidos entre las cosas y sus muertes, como un violín sonando mientras se hunde en un agua interminable. Hay casas en donde las ventanas arden siempre y la noche no puede abandonarlas. Hay tu rostro y mi mano y la incierta pasión de reunirlos. Hay un plancton solar en los cuerpos amantes que el mar no ha conocido ni comprende. Hay músicas en mí que nunca podré darte. Hay la desolación y el rostro que la aguarda. Hay pájaros ardiendo desbandados desde el canto hasta la muerte. Hay posesiones últimas, pulpas lunares, ríos que irrumpen verticales a las horas. Hay lejanías, ellas todo lo envuelven en su vasta memoria deletérea. Hay bosques esperando, como una explosión inaplazable debajo de las calles por su aire. Hay objetos mortales, espejos agresivos alrededor del hombre que no duerme. Hay flores y su fulgurante devoción. Hay el polvo y su rostro de tempestad. Riadas que se sumergen en las mareas del viento. Ad

The Beatles IV: "A Day in the Life"

Contrario a la introducción del programa Los cuatro grandes ,  de Súper Radio, en los 102. 3, del FM estéreo, hace cuarenta años terminó la historia . Así es, y el próximo sábado 10 de abril se conmemoran los cuarenta años de la disolución de The Beatles, el mejor grupo musical anglosajón del siglo XX . Por eso, hoy queremos continuar nuestro recorrido por su catálogo , y nada más y nada menos que con la que muchos consideran su mejor canción: “A Day in the Life”. Un tema genial, único, clásico desde todo punto de vista (lírico, musical, técnico, de producción, etc.), una verdadera obra maestra de la música popular contemporánea, que rompió esquemas y terminó de poner a todo mundo en guardia, porque ¿qué más se podía hacer después de esto? El cierre perfecto para el álbum más importante de la era del rock : el Sargento Pimienta . Ficha técnica Título: “A Day in the Life” (canción) Duración: 5´ 08 s (indefinidamente) Fechas de grabación: 19 y 22 de enero, y 3 y 10 de febrer

“Fairytale of New York”: un clásico para Navidad

  Spotify me dice que la canción que más escuché este año fue “Tiny Tears”, de Tindersticks. Lo que no sabe es que fue “Fairytale of New York”, de The Pogues, incansablemente, pero en YouTube.   ***   El jueves 30 de abril de este año pandémico sobrepasábamos ya los 50 días de cuarentena. Ese día, Abel Limbrick subió un cover de “Rainy Night in Soho”, de The Pogues. La cuestión es que durante el confinamiento he pasado escuchando a este grupo inglés de punk celta. Aunque más bien, debería decir que he pasado escuchando incansablemente “Fairy Tale of New York” (1987): en videos, en audio, en vivo, covers, etc.. Es decir, que he pasado moqueando. Qué canción más hermosa. Terriblemente hermosa. Una obra maestra.   ***   Parece que los ingleses son expertos en dejar llegar sus mejores canciones apenas al segundo lugar. Sucedió con “Strawberry Fields Forever”, en 1967. Veinte años después sucedió lo mismo con esta pieza de The Pogues. Y en 1995 pasó de nuevo, con “Common People”. Curiosamen