Ir al contenido principal

Dos poemas de Alí Víquez

Imagen: Claude Monet, La Pie (La urraca) (1869), óleo sobre lienzo, 89 x 1, 30 cm, Museo de Orsay, París.

“La urraca”
Monet, 1869

El blanco se impone mucho más en el recuerdo: la nieve cayó toda la noche y hasta el cielo parece cubierto con su capa espesa y pálida. Lo cierto es que había otros colores: los de los troncos y las ramas, parte de la cerca, algunas piedras y creo que una chimenea; sobre la nieve callada, también se notaban tonos distintos, como pequeños gritos azulados, violáceos, casi grises. Pero ahora no puedo acordarme de esto; tras las palabras con que describo algunas cosas no hay imágenes visuales. Veo solo un blanco rotundo.

Excepto –claro– el ave mínima y negra, la diminuta urraca que Monet quiso titulara el cuadro entero. Tal vez porque sabía que en el recuerdo de su arte uno se daría cuenta: un solo pájaro puede volar hacia todo el invierno. (p. 9)

El miedo

Ahora conozco las sombras de las cosas: comienzo a no ser joven y a temer el fracaso. Cada tarde, a medida que el sol se oculta, me pregunto si habré sabido aprovechar la rosa de ese día o si se me habrá marchitado a lo lejos y yo tan tonto. Cada noche me bebo el vino con la duda de si debería acabármelo todo y hasta sueño agobiado por la necesidad de recordar cuando despierte. Es como si la vida se me estuviera pareciendo demasiado al olvido.

De la muerte no conozco nada, solo que ahora la siento posible. (p. 35)

Textos tomados del poemario Volar hacia todo el invierno.

Alí Víquez Jiménez (Heredia, 1966). Escritor, filólogo, editor y profesor catedrático. Estudió Filología Española en la Universidad de Costa Rica (UCR), donde también obtuvo una maestría en Literatura Latinoamericana. Desde los años noventas ha ejercido la docencia en la Escuela de Filología y Lingüística de la UCR. Además, es secretario de redacción de la Revista Nacional de Cultura. En 1989 ganó el Premio Joven Creación, en la rama de cuento, de la Editorial Costa Rica (ECR). Ha publicado tres libros de cuentos: A medida que nos vamos conociendo (San José: ECR, 1990), A lápiz (San José: EFA, 1993) y Biografía de hombres ilustres (San José: EUNED, 2002); una novela: Conspiración para producir el insomnio (San José: EUNED, 2000); y dos poemarios: Las fases de la luna (San José: EUNED, 2004) y Volar hacia todo el invierno (San José: EUNED, 2006).

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Las dos obras tienen mucha profundidad con respecto a los planteamientos propios de cada uno de nosotros con respecto a sentimientos y nociones que aparecen en distintas etapas de la vida. Hay unos que logran superar estas incógnitas y pasan de ser cuestionamientos a enseñanzas (para algunos imperativas)en la vida del ser humano.

El contraste que representa la urraca me da en lo personal más una sensibilidad de la soledad ante todo lo muerto que le rodea, el invierno es eso lo que representa. Más las tonalidades de blanco y negro. Afirmando el contraste de la vida (al parecer en caos)con la naturaleza (muerta) que no genera oportunidades.

El miedo por otro lado, son la etapas en que somos victimas de nuestro propio intelecto y sujetados también a una imaginación si no maliciosa, nos vemos atrapados ante nuestro propio ego, tratando de alcanzar cosas que nuestras capacidades pones a prueba todo el tiempo. No sé.. el miedo sigue siendo para mi el concepto más mitológico que evidencia la vulnerabilidad del hombre hacía si mismo y que no logramos superar por razones de comportamiento humano, pues sabemos que la naturaleza no existe.

saludos
hannibal

PD:

Te invito a que visites mi blog y te identifiques (si deseas) con un poco de poesía.
Si no te gusta, lo puedes dejar patente, sin problemas. Eso sí, no permitiré que mientas, pues eso lo podemos hacer perfectamente aquí.

saludos de nuevo
Alexánder Obando ha dicho que…
Alí Víquez siempre me ha parecido uno de los mejores escritores de su generación, y a la vez, uno de los más ninguneados, o al menos no mencionados con bombos y platillos.

Me alegra mucho, Asterión, ver que su nombre sigue dando luz a nuestras letras.
Anónimo ha dicho que…
Gracias por pasar, @hannibal, agradezco tu lectura y los comentarios. ¿Conocías a este autor?

Y bueno, ya he pasado por tu blog, pronto iré de nuevo.

Álex: tenés toda la razón. Alí es un autor sin fanfarria, aunque no sé si ninguneado. Más bien, creo que goza de cierta tranquila calma de un "éxito moderado", cosa que a lo mejor él mismo rechazaría.

Saludos a ambos.
Esteban U. ha dicho que…
O sea algo así como que una golondrina no hace verano, pero una urraca sí invierno... La urraca parece ser el centro estético del libro, ¿ocurre eso?, si de ahí sale el título. Los dos poemas aluden a un detalle: la urraca que parece que nos mira, el carpe diem contra el telón de la vida entera (fracaso y muerte). Bellos textos, gracias, Asterión, le había perdido la pista a Alí y no le conocía su poesía.
Anónimo ha dicho que…
Esteban: la urraca no es el centro del libro (aunque esa es solo mi lectura), pero el poema, al abrir el poemario, e incluir en él su título, sí sirve para establecer un estilo y un tono.

Como decía Álex, la obra de Alí no se anuncia con bombos y platillos, pero sabemos que anda por ahí. Y sí, menos aún se conoce su faceta poética, que me parece, en este libro, excelente. Recomendado.

Saludos.
Mon ha dicho que…
Rescato la originalidad que aporta la prosa y el hilo casi narrativo a estos poemas.
Jairo Rojas Rojas ha dicho que…
ese miedo avanza a medida que crecemos y, definitivamente, nos cercioramos de que la muerte es posible. Queda entonces –como decía Rene Char- hacer arte antes que lo haga la muerte.
Gustavo Adolfo Chaves ha dicho que…
Yo pienso que lo que hace ese pájaro es "volar CONTRA todo el invierno". Me gustó mucho el tono de estos poemas. Pensativos, inevitables. Gracias por compartir... También conocía al Alí cuentista, no al poeta.

Entradas populares de este blog

Un poema de Laureano Albán

Dedicado a Anónimo Inventarios terrestres A Antonio Enrique Hay delgadísimos sonidos entre las cosas y sus muertes, como un violín sonando mientras se hunde en un agua interminable. Hay casas en donde las ventanas arden siempre y la noche no puede abandonarlas. Hay tu rostro y mi mano y la incierta pasión de reunirlos. Hay un plancton solar en los cuerpos amantes que el mar no ha conocido ni comprende. Hay músicas en mí que nunca podré darte. Hay la desolación y el rostro que la aguarda. Hay pájaros ardiendo desbandados desde el canto hasta la muerte. Hay posesiones últimas, pulpas lunares, ríos que irrumpen verticales a las horas. Hay lejanías, ellas todo lo envuelven en su vasta memoria deletérea. Hay bosques esperando, como una explosión inaplazable debajo de las calles por su aire. Hay objetos mortales, espejos agresivos alrededor del hombre que no duerme. Hay flores y su fulgurante devoción. Hay el polvo y su rostro de tempestad. Riadas que se sumergen en las mareas del viento. Ad

The Beatles IV: "A Day in the Life"

Contrario a la introducción del programa Los cuatro grandes ,  de Súper Radio, en los 102. 3, del FM estéreo, hace cuarenta años terminó la historia . Así es, y el próximo sábado 10 de abril se conmemoran los cuarenta años de la disolución de The Beatles, el mejor grupo musical anglosajón del siglo XX . Por eso, hoy queremos continuar nuestro recorrido por su catálogo , y nada más y nada menos que con la que muchos consideran su mejor canción: “A Day in the Life”. Un tema genial, único, clásico desde todo punto de vista (lírico, musical, técnico, de producción, etc.), una verdadera obra maestra de la música popular contemporánea, que rompió esquemas y terminó de poner a todo mundo en guardia, porque ¿qué más se podía hacer después de esto? El cierre perfecto para el álbum más importante de la era del rock : el Sargento Pimienta . Ficha técnica Título: “A Day in the Life” (canción) Duración: 5´ 08 s (indefinidamente) Fechas de grabación: 19 y 22 de enero, y 3 y 10 de febrer

“Fairytale of New York”: un clásico para Navidad

  Spotify me dice que la canción que más escuché este año fue “Tiny Tears”, de Tindersticks. Lo que no sabe es que fue “Fairytale of New York”, de The Pogues, incansablemente, pero en YouTube.   ***   El jueves 30 de abril de este año pandémico sobrepasábamos ya los 50 días de cuarentena. Ese día, Abel Limbrick subió un cover de “Rainy Night in Soho”, de The Pogues. La cuestión es que durante el confinamiento he pasado escuchando a este grupo inglés de punk celta. Aunque más bien, debería decir que he pasado escuchando incansablemente “Fairy Tale of New York” (1987): en videos, en audio, en vivo, covers, etc.. Es decir, que he pasado moqueando. Qué canción más hermosa. Terriblemente hermosa. Una obra maestra.   ***   Parece que los ingleses son expertos en dejar llegar sus mejores canciones apenas al segundo lugar. Sucedió con “Strawberry Fields Forever”, en 1967. Veinte años después sucedió lo mismo con esta pieza de The Pogues. Y en 1995 pasó de nuevo, con “Common People”. Curiosamen