Hace unas semanas, Literófilo escribió acerca de las relaciones entre música y poesía, y puso como ejemplos a Jim Morrison, Bob Dylan y Joaquín Sabina. El tema es rico, y hay muchos ejemplos por mencionar, pero hoy quiero referirme a quien considero el primero y el mejor en llevar esa relación a alturas inigualables: Leonard Cohen (Canadá, 1934).
En la música popular del siglo XX, de origen anglosajón, Leonard Cohen es, sin lugar a dudas, el mejor letrista; a la vez, uno de los músicos y cantantes más particulares y representativos. Al igual que sucede con Bob Dylan, muchos lo consideran digno candidato al Premio Nobel de Literatura (aunque no sepamos cuánto de digno hay en eso).
Por otro lado, Cohen es un caso curioso: antes de dedicarse a la música se dio a conocer como escritor propiamente. En 1956 publica su primer libro de poesía, Let Us Compare Mythologies (Comparemos mitologías), y en 1963 su primera novela, Beautiful Losers (Hermosos perdedores). No es sino hasta 1967 que empieza a grabar. Antes de eso, la cantante folk Judy Collins grabó el tema más famoso, reconocido y con más versiones de este artista, “Suzanne”. (Claro que tales apelativos en su caso deben ser tomados de manera relativa y con bastante modestia. Además, en esas versiones se deben incluir las que interpretan anónimos marineros en el mar Caspio).
Aunque la generación beat hace referencia especialmente a autores estadounidenses, Cohen podría calzar perfectamente en esta denominación (si a alguien le interesa). Recordemos que los tres libros más importantes de este grupo se escriben entre 1956 y 1959 (Howl, The Naked Lunch y On the Road). Precisamente, Howl, de Ginsberg, es publicado el mismo año (1956) que el primer poemario de Cohen. Veintinún años después, y con producción del genial Phil Spector, Ginsberg hace coros en el tema de Cohen, “Don´t go home with your hard-on” (“No te vayás templado para la casa”). Por cierto, este es la única canción de la discografía oficial de Cohen que no he podido conseguir en Internet.
Leonard Cohen tiene hasta el momento ocho poemarios, dos novelas y 11 álbumes de estudio. Además, varias antologías musicales y literarias. A la vez, diversos artistas han grabado tributos a su obra (Tower of song, I´m your fan y I´m your man, por ejemplo). Algunos de sus temas (de los años ochenta y noventa, cuando canta con una voz más grave y con un sonido más sintetizado) pueden ser escuchados en películas tales como Pump up the Volumen y Natural Born Killers.
En la música popular del siglo XX, de origen anglosajón, Leonard Cohen es, sin lugar a dudas, el mejor letrista; a la vez, uno de los músicos y cantantes más particulares y representativos. Al igual que sucede con Bob Dylan, muchos lo consideran digno candidato al Premio Nobel de Literatura (aunque no sepamos cuánto de digno hay en eso).
Por otro lado, Cohen es un caso curioso: antes de dedicarse a la música se dio a conocer como escritor propiamente. En 1956 publica su primer libro de poesía, Let Us Compare Mythologies (Comparemos mitologías), y en 1963 su primera novela, Beautiful Losers (Hermosos perdedores). No es sino hasta 1967 que empieza a grabar. Antes de eso, la cantante folk Judy Collins grabó el tema más famoso, reconocido y con más versiones de este artista, “Suzanne”. (Claro que tales apelativos en su caso deben ser tomados de manera relativa y con bastante modestia. Además, en esas versiones se deben incluir las que interpretan anónimos marineros en el mar Caspio).
Aunque la generación beat hace referencia especialmente a autores estadounidenses, Cohen podría calzar perfectamente en esta denominación (si a alguien le interesa). Recordemos que los tres libros más importantes de este grupo se escriben entre 1956 y 1959 (Howl, The Naked Lunch y On the Road). Precisamente, Howl, de Ginsberg, es publicado el mismo año (1956) que el primer poemario de Cohen. Veintinún años después, y con producción del genial Phil Spector, Ginsberg hace coros en el tema de Cohen, “Don´t go home with your hard-on” (“No te vayás templado para la casa”). Por cierto, este es la única canción de la discografía oficial de Cohen que no he podido conseguir en Internet.
Leonard Cohen tiene hasta el momento ocho poemarios, dos novelas y 11 álbumes de estudio. Además, varias antologías musicales y literarias. A la vez, diversos artistas han grabado tributos a su obra (Tower of song, I´m your fan y I´m your man, por ejemplo). Algunos de sus temas (de los años ochenta y noventa, cuando canta con una voz más grave y con un sonido más sintetizado) pueden ser escuchados en películas tales como Pump up the Volumen y Natural Born Killers.
Bien, más adelante a lo mejor escriba un ensayo detallado sobre su obra (a lo mejor no cumpla la amenaza), pero por ahora solo quería compartir esto con el incauto (y único lector) que llegue a este blog. Queda hecha la recomendación.
Aquí, "Famous blue raincoat" ("Famoso impermebale azul"), de su tercer álbum de estudio y de su época más folk, Songs of love and hate (1971). Dejo, además, dos poemas: uno de su primer libro y otro de su último trabajo discográfico. Nótese que el hombre al cual se refiere el yo lírico en el primer poema, parece ser el mismo hombre que 48 años después lo ha conseguido “todo”.
“Poema”
Dicen que hay un hombre
que habla con tanta belleza
que con sólo pronunciar sus nombres
las mujeres se le entregan.
Si estoy mudo junto a tu cuerpo
mientras el silencio florece como tumores en nuestros labios
es porque oigo a un hombre subir la escalera
y aclararse la voz al otro lado de la puerta.
(Trad. de Alberto Manzano. Título original: “Poema”, del libro Let us compare mythologies, en Un acorde secreto, Madrid: Celeste Ediciones, 2º ed., 1998, p. 27.)
“Debido a…”
Debido a unas cuantas canciones
en las cuales hablé de su misterio,
las mujeres han sido
excepcionalmente amables
con mi vejez.
Ellas guardan un lugar secreto
en sus ocupadas vidas
y me llevan a él.
Luego se desnudan,
cada una a su manera,
y me dicen:
“Leonard, mirame,
mirame por última vez.”
Entonces se inclinan sobre la cama
y me cobijan
como a un bebé que tirita de frío.
(Trad. de Gustavo Solórzano Alfaro, 2008. Título original: “Because of...”, segundo tema del album Dear Heather, New York: Columbia Records, 2004.)
“Poema”
Dicen que hay un hombre
que habla con tanta belleza
que con sólo pronunciar sus nombres
las mujeres se le entregan.
Si estoy mudo junto a tu cuerpo
mientras el silencio florece como tumores en nuestros labios
es porque oigo a un hombre subir la escalera
y aclararse la voz al otro lado de la puerta.
(Trad. de Alberto Manzano. Título original: “Poema”, del libro Let us compare mythologies, en Un acorde secreto, Madrid: Celeste Ediciones, 2º ed., 1998, p. 27.)
“Debido a…”
Debido a unas cuantas canciones
en las cuales hablé de su misterio,
las mujeres han sido
excepcionalmente amables
con mi vejez.
Ellas guardan un lugar secreto
en sus ocupadas vidas
y me llevan a él.
Luego se desnudan,
cada una a su manera,
y me dicen:
“Leonard, mirame,
mirame por última vez.”
Entonces se inclinan sobre la cama
y me cobijan
como a un bebé que tirita de frío.
(Trad. de Gustavo Solórzano Alfaro, 2008. Título original: “Because of...”, segundo tema del album Dear Heather, New York: Columbia Records, 2004.)
Comentarios
En un mes anterior, dentro de mi espacio de poesía, ya tuyo, he publicado a Ana istarú. Te agradezco también tu comentario que me permitió llegar a tu casa.
Saludos...
Un consejo: tal vez debas ir al Mar Caspio a conseguir una versión de “Don´t go home with your hard-on”; parece que después de “Suzanne”, ésa es la canción preferida de ciertos marineros anónimos que entre pesca y pesca se dedican a destemplarse y pensar en Canadá (A Mari Usque Ad Mare).
Saludos.
Seguimos en contacto.
Luis, en Costa Rica es casi imposible conseguer discos de Cohen, libros ni se diga. Lo que tengo lo compré en el extranjero, y desde que tengo banda ancha, lo demás lo bajé.
De Cohen he leído sus poemas, en la antología Un acorde secreto. Y en una biblioteca me encontré Flower for Hitler.
Un viaje por el Mar Caspio estaría genial.
Saludos.
Saludos
Recuerdo que hace un tiempo inicié la traducción del Manual de Urbanidad, pero el proyecto quedó a la mitad; quizás por el mismo carácter paradoxal del texto, no encontré demasiado apoyo.
Con los Diálogos de cortesanas ocurrió algo un poco distinto, antes de conocer los de Louÿs había leído los de Luciano de Samosata y me entusiasmaron sobremanera. De este libro sí tengo casi toda la traducción. Con gusto le doy una revisión y te la paso.