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Juan Carlos Mestre

Recién termina el VIII Festival Internacional de Poesía, Costa Rica, 2009. Y así, a la hora de hacer un balance, puedo decir que tuve la oportunidad de conocer a dos grandes poetas: al español Juan Carlos Mestre y al italiano Tomaso Pieragnolo, a quienes dedicaré las dos próximas entradas.

De Juan Carlos Mestre, puedo decir que me ha emocionado profundamente. Sus recitales son efectivamente eso, recitales, en los que ya sea de pie o sentado, hace gala de una gran capacidad histriónica, una voz pausada, tranquila, o dramática cuando debe serlo. Su conversación se confunde con los poemas, y todo discurre plácidamente. Sumado a eso, en algunos poemas se acompañó de un acordeón, y ya podrán imaginar ustedes el efecto. Y no contento con eso, la firma de libros también es un espectáculo, un dechado de generosidad, pues como artista gráfico, no tarda en sacar sus acuarelas e improvisar figuras y colores, sobre los cuales deja su sello personal y definitivo. Pero no se crea que su poesía depende de todo eso. Sus poemas, por sí solos, mantienen esa misma calidad, ese mimso aliento vivificador.

Todo en su propuesta es poesía, y todo apunta a la búsqueda de la dignidad del ser humano. Al escucharlo, caen todas las barreras del cinismo. Parafraseo: el poeta debe reconocer en la frente del otro el signo de la diferencia, que es a la vez el signo de la igualdad.

Litografía de Juan Carlos Mestre

Y como no podía ser de otra manera, un poema suyo:

Cavalo morto

Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo.
Un poema de Lèdo Ivo es una luciérnaga que busca una moneda perdida. Cada moneda perdida es una golondrina de espaldas posada sobre la luz de un pararrayos. Dentro de un pararrayos hay un bullicio de abejas prehistóricas alrededor de una sandía. En Cavalo Morto las sandías son mujeres semidormidas que tienen en medio del corazón el ruido de un manojo de llaves.

Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo.
Lèdo Ivo es un hombre viejo que vive en Brasil y sale en las antologías con cara de loco. En Cavalo Morto los locos tienen alas de mosca y vuelven a guardar en su caja las cerillas quemadas como si fuesen palabras rozadas por el resplandor de otro mundo. Otro mundo es el fondo de un vaso, un lugar donde lo recto tiene forma de herradura y hay una sola tarde forrada con tela de gabardina.

Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo.
Un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo es un río que madruga para ir a fabricar el agua de las lágrimas, pequeñas mentiras de lluvia heridas por una púa de acacia. En Cavalo Morto los aviones atan con cintas de vapor el cielo como si las nubes fuesen un regalo de Navidad y los felices y los infelices suben directamente a los hipódromos eternos por la escalerilla del anillador de gaviotas.

Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo.
Un poema de Lèdo Ivo es el amante de un reloj de sol que abandona de puntillas los hostales de la mañana siguiente. La mañana siguiente es lo que iban a decirse aquellos que nunca llegaron a encontrarse, los que aún así se amaron y salen del brazo con la brisa del anochecer a celebrar el cumpleaños de los árboles y escriben partituras con el timbre de las bicicletas.

Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo.
Lèdo Ivo es una escuela llena de pinzones y un timonel que canta en el platillo de leche. Lèdo Ivo es un enfermero que venda las olas y enciende con su beso las bombillas de los barcos. En Cavalo Morto todas las cosas perfectas pertenecen a otro, como pertenece la tuerca de las estrellas marinas al saqueador de las cabezas sonámbulas y el cartero de las rosas del domingo a la coronita de luz de las empleadas domésticas.

Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo. En Cavalo Morto cuando muere un caballo se llama a Lèdo Ivo para que lo resucite, cuando muere un evangelista se llama a Lèdo Ivo para que lo resucite, cuando muere Lèdo Ivo llaman al sastre de las mariposas para que lo resucite. Háganme caso, los recuerdos hermosos son fugaces como las ardillas, cada amor que termina es un cementerio de abrazos y Cavalo Morto es un lugar que no existe.

Tomado de Juan Carlos Mestre, Elogio de la palabra, San José: Casa de Poesía/EUCR, 2009, pp. 14-15. Aquí también.


Juan Carlos Mestre (Villafranca del Bierzo, León, España, 1957), poeta y artista visual, es autor de los poemarios Siete poemas escritos junto a la lluvia (1982), La visita de Safo (1983), Antífona del Otoño en el Valle del Bierzo (Premio Adonais, 1985), Las páginas del fuego (1987), La poesía ha caído en desgracia (Premio Jaime Gil de Biedma, 1992) y La tumba de Keats (Premio Jaén de Poesía, 1999). Su obra poética entre 1982 y 2007 ha sido recogida en la antología Las estrellas para quien las trabaja (2007).
Su último libro es La casa roja (2008). Para este festival, se editó la antología Elogio de la palabra (2009).

Comentarios

Germán Hernández ha dicho que…
En hora buena que compartimos el mismo furor por este singular poeta...

Y no olviden visitar su página web que es magnífica!!!!

http://www.juancarlosmestre.com/
Mon ha dicho que…
Con un poema así y todo lo que decís de sus recitales...¡Qué crueldad no haber podido ir!
Gracias al menos por traerlo al blog.
Luissiana Naranjo ha dicho que…
Me impresionó cuando le escuché en la apertura, espero que ya esté su libro porque fue el único que no salió a tiempo.

sí... es mágica su voz interna.

De lo mucho-bueno que nos dejó este festival...
Gustavo Adolfo Chaves ha dicho que…
Buenísima la yegua occisa, ya te lo había dicho. Y que bueno que le festival trae estas personas tan generosas y de arte tan potente.
Alexánder Obando ha dicho que…
No deja uno de desmembrar el poema y tratar de ver por qué es tan exitoso, tan efectivo, tan simplemente bueno.

Encuentro algo de eso en el "ritornello", en lo pausado de las imágenes y en la estructura semi prosaica del conjunto. Un impresionante juego de equilibrios. Y donde a un "Ano Laureado" se que cae el conjunto por querer pegarlo con jalea con sabor a chilce, a Mestre se le sostiene por la absoluta convicción de que solo la miel de abeja, la natural, puede sostener tales cosas.
Lola Torres Bañuls ha dicho que…
Yo tuve la suerte de escucharlo en la Universidad de Valencia y luego de ir a cenar a su lado. La verdad es que recuerdo la lectura poética y la manera que tiene de hablar tan especial.

Es impresionante.
Cavalo Morto es un poema que me encanta. Es precioso.

Y si su pagina Web es una maravilla yo suelo entrar en ella muchas veces.

Para Mon si te has perdido la lectura en su página recita poemas también los puedes escuchar.

Gracias por la entrada.

Un saludo.
Anónimo ha dicho que…
Germán: así es, una rara oportunidad para la emción.

Mon: sus recitales son todo un acontecimiento. Buscalo en youtube y en su página.

Poeta Luissiana: el libro salió y creo que se agotó muy rápido, aunque el viernes aún había gente buscando sus particulares autógrafos. Yo tuve la suerte de que me regalara un ejemplar de "La casa roja", su último libro.

G. A.: este jamelgo es una genialidad, y el jamelgo original también, por cierto.

Alexánder: el poema maneja una estructura hiponótica, por el "ritornello", precisamente. Después de oírlo, a uno se le queda pegado. Yo aún no me lo saco de la cabeza. Una genialidad.

Lola: bienvenida. Creo que todo aquel que lo ha escuchado solo podrá tener una memorable impresión de su calidad y talento. Y gracias a vos por la visita.

Saludos y gracias todos por pasar.
Juan Hernández ha dicho que…
Gustavo, definitivamente nos ocuparía un enorme espacio el llenar una percepción de Mestre. Simplemente una persona fuera de este mundo.
Tuve oportunidad de compartir con él en Totuguero y bueno, faltan palabras para describir una simple conversación con él. Un mente lúcida y elegante con un sentido de humor tan fino, que tan solo su ética política y compromiso soial pueden equipara ello. Mestre es un artista integro en todo el sentido de la palabra, un hombre fuera de este mundo.
En una conversación con él, me mostró un gran aprecio y admiración por dos personas en especial: Alfonso Chase y Gustavo Solorzano. Así que Gustavo, creo que la impresión de Mestre sobre vos nos remite a la calidad de persona que sos: una exelente persona.
DAVID CRUZ ha dicho que…
sin duda uno gran poeta que nunca he tenido la oportunidad de leer, pero que he leido 6 libros de él, me gusta recurro a el mucho...
DAVID CRUZ ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo ha dicho que…
Juan: así es, realmente uno podría pasar hablando sobre su trabajo horas y horas. En cuanto a eso que dijo de mí, pues hasta un poco me averguenzo, pero igual me emociona profundamente. Igual gracias a vos por considerarme de tal modo.

David: supongo que quisite decir que nunca lo has escuchado en vivo, pero sí leido bastante.

Mestre es un poeta muy versátil, y tanto puede recurrir a un estilo salmódico en ocasiones como breve y directo en otras. Pero siempre preciso, nostálgico, delicado, desgarrador, lúdico y divertido, todo en uno.

Saludos a ambos y gracias por pasar.
ángel ha dicho que…
Este poema se lo escuché leer a Mestre en el festival internacional de literatura que se celebró en México, en octubre.




Saludos...
Anónimo ha dicho que…
Ángel: en el festival de aquí lo presentó varias veces. De fijo es uno de sus favoritos, aparte de que viene en su último libro, y el efecto teatral es muy bueno.

Saludos y gracias por pasar.

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