De Juan Carlos Mestre, puedo decir que me ha emocionado profundamente. Sus recitales son efectivamente eso, recitales, en los que ya sea de pie o sentado, hace gala de una gran capacidad histriónica, una voz pausada, tranquila, o dramática cuando debe serlo. Su conversación se confunde con los poemas, y todo discurre plácidamente. Sumado a eso, en algunos poemas se acompañó de un acordeón, y ya podrán imaginar ustedes el efecto. Y no contento con eso, la firma de libros también es un espectáculo, un dechado de generosidad, pues como artista gráfico, no tarda en sacar sus acuarelas e improvisar figuras y colores, sobre los cuales deja su sello personal y definitivo. Pero no se crea que su poesía depende de todo eso. Sus poemas, por sí solos, mantienen esa misma calidad, ese mimso aliento vivificador.
Todo en su propuesta es poesía, y todo apunta a la búsqueda de la dignidad del ser humano. Al escucharlo, caen todas las barreras del cinismo. Parafraseo: el poeta debe reconocer en la frente del otro el signo de la diferencia, que es a la vez el signo de la igualdad.
Litografía de Juan Carlos Mestre
Y como no podía ser de otra manera, un poema suyo:
Cavalo morto
Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo.
Un poema de Lèdo Ivo es una luciérnaga que busca una moneda perdida. Cada moneda perdida es una golondrina de espaldas posada sobre la luz de un pararrayos. Dentro de un pararrayos hay un bullicio de abejas prehistóricas alrededor de una sandía. En Cavalo Morto las sandías son mujeres semidormidas que tienen en medio del corazón el ruido de un manojo de llaves.
Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo.
Lèdo Ivo es un hombre viejo que vive en Brasil y sale en las antologías con cara de loco. En Cavalo Morto los locos tienen alas de mosca y vuelven a guardar en su caja las cerillas quemadas como si fuesen palabras rozadas por el resplandor de otro mundo. Otro mundo es el fondo de un vaso, un lugar donde lo recto tiene forma de herradura y hay una sola tarde forrada con tela de gabardina.
Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo.
Un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo es un río que madruga para ir a fabricar el agua de las lágrimas, pequeñas mentiras de lluvia heridas por una púa de acacia. En Cavalo Morto los aviones atan con cintas de vapor el cielo como si las nubes fuesen un regalo de Navidad y los felices y los infelices suben directamente a los hipódromos eternos por la escalerilla del anillador de gaviotas.
Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo.
Un poema de Lèdo Ivo es el amante de un reloj de sol que abandona de puntillas los hostales de la mañana siguiente. La mañana siguiente es lo que iban a decirse aquellos que nunca llegaron a encontrarse, los que aún así se amaron y salen del brazo con la brisa del anochecer a celebrar el cumpleaños de los árboles y escriben partituras con el timbre de las bicicletas.
Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo.
Lèdo Ivo es una escuela llena de pinzones y un timonel que canta en el platillo de leche. Lèdo Ivo es un enfermero que venda las olas y enciende con su beso las bombillas de los barcos. En Cavalo Morto todas las cosas perfectas pertenecen a otro, como pertenece la tuerca de las estrellas marinas al saqueador de las cabezas sonámbulas y el cartero de las rosas del domingo a la coronita de luz de las empleadas domésticas.
Tomado de Juan Carlos Mestre, Elogio de la palabra, San José: Casa de Poesía/EUCR, 2009, pp. 14-15. Aquí también.
Juan Carlos Mestre (Villafranca del Bierzo, León, España, 1957), poeta y artista visual, es autor de los poemarios Siete poemas escritos junto a la lluvia (1982), La visita de Safo (1983), Antífona del Otoño en el Valle del Bierzo (Premio Adonais, 1985), Las páginas del fuego (1987), La poesía ha caído en desgracia (Premio Jaime Gil de Biedma, 1992) y La tumba de Keats (Premio Jaén de Poesía, 1999). Su obra poética entre 1982 y 2007 ha sido recogida en la antología Las estrellas para quien las trabaja (2007). Su último libro es La casa roja (2008). Para este festival, se editó la antología Elogio de la palabra (2009).
Comentarios
Y no olviden visitar su página web que es magnífica!!!!
http://www.juancarlosmestre.com/
Gracias al menos por traerlo al blog.
sí... es mágica su voz interna.
De lo mucho-bueno que nos dejó este festival...
Encuentro algo de eso en el "ritornello", en lo pausado de las imágenes y en la estructura semi prosaica del conjunto. Un impresionante juego de equilibrios. Y donde a un "Ano Laureado" se que cae el conjunto por querer pegarlo con jalea con sabor a chilce, a Mestre se le sostiene por la absoluta convicción de que solo la miel de abeja, la natural, puede sostener tales cosas.
Es impresionante.
Cavalo Morto es un poema que me encanta. Es precioso.
Y si su pagina Web es una maravilla yo suelo entrar en ella muchas veces.
Para Mon si te has perdido la lectura en su página recita poemas también los puedes escuchar.
Gracias por la entrada.
Un saludo.
Mon: sus recitales son todo un acontecimiento. Buscalo en youtube y en su página.
Poeta Luissiana: el libro salió y creo que se agotó muy rápido, aunque el viernes aún había gente buscando sus particulares autógrafos. Yo tuve la suerte de que me regalara un ejemplar de "La casa roja", su último libro.
G. A.: este jamelgo es una genialidad, y el jamelgo original también, por cierto.
Alexánder: el poema maneja una estructura hiponótica, por el "ritornello", precisamente. Después de oírlo, a uno se le queda pegado. Yo aún no me lo saco de la cabeza. Una genialidad.
Lola: bienvenida. Creo que todo aquel que lo ha escuchado solo podrá tener una memorable impresión de su calidad y talento. Y gracias a vos por la visita.
Saludos y gracias todos por pasar.
Tuve oportunidad de compartir con él en Totuguero y bueno, faltan palabras para describir una simple conversación con él. Un mente lúcida y elegante con un sentido de humor tan fino, que tan solo su ética política y compromiso soial pueden equipara ello. Mestre es un artista integro en todo el sentido de la palabra, un hombre fuera de este mundo.
En una conversación con él, me mostró un gran aprecio y admiración por dos personas en especial: Alfonso Chase y Gustavo Solorzano. Así que Gustavo, creo que la impresión de Mestre sobre vos nos remite a la calidad de persona que sos: una exelente persona.
David: supongo que quisite decir que nunca lo has escuchado en vivo, pero sí leido bastante.
Mestre es un poeta muy versátil, y tanto puede recurrir a un estilo salmódico en ocasiones como breve y directo en otras. Pero siempre preciso, nostálgico, delicado, desgarrador, lúdico y divertido, todo en uno.
Saludos a ambos y gracias por pasar.
Saludos...
Saludos y gracias por pasar.