Puedo afirmar, sin temor alguno, que soy aficionado a la obra de Umberto Eco, tanto ensayística como narrativa (y si se quiere también a su obra cómica); y a pesar de haber tenido durante mi formación (de la cual no culpo a nadie) una mayor influencia de los telquelistas, en Eco siempre pude volver a un mundo no tan cínico como el de aquellos, o al menos no tan amargamente cínico.
En cuanto a sus novelas, puedo decir que me hicieron creer nuevamente (salvo una), en la literatura europea posterior a El tambor de hojalata. En orden de apreciación:
1. El péndulo de Focault
2. El nombre de la rosa
3. La misteriosa llama de la reina Loana
4. La isla del día antes
5. Baudolino (no la terminé de leer, aburridísima).
Pues bien, recientemente, a propósito de las traducciones de “Exégesis literarias (o resúmenes para dummies) que hice de Gabriele Servet, G. A. Chaves me ponía sobre la pista de un libro del cual conocía el nombre y, sin saberlo, parte del contenido, pero al que no le había prestado suficiente atención, seguramente debido a su nombre (Segundo diario mínimo). Imagínense, era “segundo” y “mínimo”, nada edificante habría de tener.
En síntesis, me fui a buscar el libro y lo conseguí (algo manchado, maltrecho y carísimo) en Nueva Década.
Abro un paréntesis: ¿por qué le hago publicidad a esta librería? No, no es publicidad, es que sucedió un acontecimiento digno de una historia de ciencia ficción o al menos de un novela gótica. Después de quince años de visitar esa librería, y pedir un descuento, hoy por fin lo conseguí. Compré cuatro libros y en total me rebajaron 2 600 colones. Así, sin mayores explicaciones (usé el dinero para fotocopiar varios ejemplares de una biblioteca cercana). Cierro paréntesis.
Así las cosas, hoy quiero compartir una selección del libro, tomada de la parte titulada “¿Qué tal?”, pp. 285-290. Como se indica: “se trata de imaginar cómo contestarían varios personajes la pregunta “¿qué tal?”. Veamos.
Ícaro: “En caída libre”.
Prometeo: “Me reconcome...”.
Teseo: “Mientras me den cuerda...”.
Edipo: “Mamá está contenta”.
Príapo: “Como un capullo”.
Homero: “Lo veo todo negro”.
Heráclito: “Va, va...”.
Parménides: “No va”....
Tales: “Con el agua hasta el cuello”.
Hipócrates: “Mientras haya salud”.
Sócrates: “No sé”.
Diógenes: “De perros”.
Platón: “Ideal”.
Catilina: “Mientras dure...”.
Epicuro: “Una gozada”.
Lucifer: “Como Dios manda”.
Job: “No me quejo”.
Onán: “Me contento”.
Scherezade: “Esta noche se lo cuento”.
Juana de Arco: “Hace un calor”.
Galileo: “Movidito”.
Robespierre: “Es como perder la cabeza”.
D´ Alambert y Diderot: “No se puede decir en dos palabras”.
Kant: “Fenomenal”.
Hegel: “En síntesis, bien”.
Mishima: “Con la tripa vacía”.
Y así por el estilo. Recomendado, junto con ¿Cómo acabar de una vez por todas con la cultura?, de Woody Allen; y Memorias de un amante sarnoso, de Groucho Marx... y él.
Referencia:
“Stat rosa pristina nomine. Nomina nuda tenemus”
Comentarios
Fenomenal, diría Kant
Sentenciero: lo dicho, de novela de ciencia ficción. Creo que el descuento fue por tratar directamente con el dueño, y no con sus hijas. Claro que eso me costó escucharlo lamentarse de lo mal que lo tratan a él las editoriales transnacionales.
Fe de erratas: y no fueron 2 600 colones, fueron 2 800.
G.A.: gracias a vos por la recomendación. Ha sido un gusto ver todos esos textos reunidos.
Por mi parte, no contaba dentro de mi grupo de amigos con muchos adeptos a Eco, excepto el que compró El péndulo (no sé por qué razones) y nunca lo leyó; me lo prestó y se lo devolví todo deshojado (culpa del formato, no mía).
Por otro lado, yo el segundo día río, y después también; el segundo Darío fue Rubén; el primero fue el Grande.
Luis: John Bobbitt: "Presiento que me estoy perdiendo de algo".
No es casualidad que todos lo leyeramos en los años siguientes a la aparición de Sean Connery haciendo de William de Baskerville en el cine Magaly.
En cuanto a ver la película en el Magaly, para el 86 tenía yo apenas 11 años, y aparte de vivir en la República Independiente de Alajuela, ni me enteré ni me habría interesado. Vi la película en los noventa, en televisión, después de haber leído las dos primeras novelas. Es una buena película (aunque sin filosofía y sin latín vulgar).
Saludos.
Que dice el recomendador? Primero las novelas o primero el diario?
Un día de estos compraré el Péndulo.
Sin duda alguna, ese profesor tuyo debió ser una persona sumamente inteligente, entre otros atributos; así que creo que debés seguirle el juego.
Después de recomendar, cada cual escoge. No podría poner un orden, pero si vas a empezar por El péndulo, suena bien. Además, estoy seguro que alguna afinidad con la cábala encontrarás.
Saludos.
Siento que la parte floja es la I, tal vez porque es donde a ratos más "italiano" resulta el asunto, y porque ciertamente se puso como para paliar los problemas de traducir algunas partes. Esta versión en español difiere en el contenido de la versión italiana, según explica la misma Lozano Miralles.
A partir de la II, III y IV, como bien señalás, tiene momento geniales.