Ayer miércoles 25 de febrero de 2009, en el Instituto México, a las 7: 00 p.m., el amigo y escritor Alexánder Obando presentó su más reciente trabajo literario: La gruta y el arcoiris. Antología de narrativa gay/lésbica costarricense.
En un ambiente de camaradería y celebración, como corresponde en estas actividades, la señora Mabel Morvillo, junto con la gerente de la Editorial Costa Rica (ECR), hicieron entrega oficial de la antología y se refirieron al libro en el contexto del 50 aniversario de la editorial. Posteriormente, el doctor Albino Chacón expuso las razones para considerar el trabajo de Alexánder como ¨importante¨, pues implica el inicio de un cambio en la percepción cultural costarricense. La presentación del doctor Chacón fue pertinente y acertada, y logró plantear una serie de inquietudes de manera inteligente.
De parte de quienes acompañamos a Álex, extiendo una felicitación por este trabajo y le auguro lo mejor.
Y aunque la antología sea de narrativa, quiero aprovechar para compartir un poema de Álex (sin su permiso), el cual forma parte de su poemario de próxima aparición Ángeles para suicidas.
Cartagena con retrato
Una calle de Heredia en especial.
Ahí, todas las noches, frente a su
pequeña casa, frente a su apartamento
de segunda planta
conversábamos de Colombia o la Luna.
De si Cartagena, con toda su historia
y muerte
sería más grande que nosotros vivos.
De si las palmeras eran las mismas
en ese parque y en la punta de Bocachica;
entonces,
¿qué hacía de aquella ciudad algo especial
y de nosotros un asunto pasajero,
ahí en nuestra banca de 1982
en un parque de Heredia?
No sabíamos que el océano
sí cambiaba de morada
cada medio millón de años,
que los bigotes de su padre eran
cuidadosamente afeitados
por una amiga de Barrio Aranjuez,
porque para nosotros
ahí bajo las palmeras ―aparentemente inmortales―
las cosas eran como eran.
El cambio no se registraba a no ser bajo los pantalones.
Lo demás
permanecía.
Y es que entre los dos no sumábamos
treinta y cinco años.
Él con su pelo oscuro y lacio;
con su padre alcohólico y su lecho muerto.
Yo con mi inglés y mi poesía,
con mi padre lejano y somocista.
No éramos uno ni dos
sino siete más dos:
vulgarmente sexuales
al punto de copular una tarde
en bicicleta.
Empezábamos con el ajedrez
y todas las piezas, peones y reinas,
acababan debajo de la mesa de café.
Una tarde de diciembre quisimos
retocar el mural de su tío en la pared
pero los labios
no hicieron el color necesario.
Y así las noches,
bajo las palmeras en el parque
de Heredia, nos hacían pensar
en Colombia y su gente,
en la ciudad de Cartagena
con sus trescientos años de fortificaciones.
Nos hubiera gustado caminar por sus calles
de balcones y plazas,
imaginando tal vez
como sería
la ciudad de Heredia
/ y sus noches
/ y palmeras.*
En un ambiente de camaradería y celebración, como corresponde en estas actividades, la señora Mabel Morvillo, junto con la gerente de la Editorial Costa Rica (ECR), hicieron entrega oficial de la antología y se refirieron al libro en el contexto del 50 aniversario de la editorial. Posteriormente, el doctor Albino Chacón expuso las razones para considerar el trabajo de Alexánder como ¨importante¨, pues implica el inicio de un cambio en la percepción cultural costarricense. La presentación del doctor Chacón fue pertinente y acertada, y logró plantear una serie de inquietudes de manera inteligente.
De parte de quienes acompañamos a Álex, extiendo una felicitación por este trabajo y le auguro lo mejor.
Y aunque la antología sea de narrativa, quiero aprovechar para compartir un poema de Álex (sin su permiso), el cual forma parte de su poemario de próxima aparición Ángeles para suicidas.
Cartagena con retrato
Una calle de Heredia en especial.
Ahí, todas las noches, frente a su
pequeña casa, frente a su apartamento
de segunda planta
conversábamos de Colombia o la Luna.
De si Cartagena, con toda su historia
y muerte
sería más grande que nosotros vivos.
De si las palmeras eran las mismas
en ese parque y en la punta de Bocachica;
entonces,
¿qué hacía de aquella ciudad algo especial
y de nosotros un asunto pasajero,
ahí en nuestra banca de 1982
en un parque de Heredia?
No sabíamos que el océano
sí cambiaba de morada
cada medio millón de años,
que los bigotes de su padre eran
cuidadosamente afeitados
por una amiga de Barrio Aranjuez,
porque para nosotros
ahí bajo las palmeras ―aparentemente inmortales―
las cosas eran como eran.
El cambio no se registraba a no ser bajo los pantalones.
Lo demás
permanecía.
Y es que entre los dos no sumábamos
treinta y cinco años.
Él con su pelo oscuro y lacio;
con su padre alcohólico y su lecho muerto.
Yo con mi inglés y mi poesía,
con mi padre lejano y somocista.
No éramos uno ni dos
sino siete más dos:
vulgarmente sexuales
al punto de copular una tarde
en bicicleta.
Empezábamos con el ajedrez
y todas las piezas, peones y reinas,
acababan debajo de la mesa de café.
Una tarde de diciembre quisimos
retocar el mural de su tío en la pared
pero los labios
no hicieron el color necesario.
Y así las noches,
bajo las palmeras en el parque
de Heredia, nos hacían pensar
en Colombia y su gente,
en la ciudad de Cartagena
con sus trescientos años de fortificaciones.
Nos hubiera gustado caminar por sus calles
de balcones y plazas,
imaginando tal vez
como sería
la ciudad de Heredia
/ y sus noches
/ y palmeras.*
- Como es usual, debido a no manejar todas las herramientas cibernéticas, no se ha podido reproducir el poema tal y como es, sino que hemos tenido que usar la justificación a la izquierda. Rogamos las disculpas del caso.
Comentarios
Ja, ja.
Qué dicha que la infancia pasa y que ahora conozco a Álex. No sé si por su heredianidad -aunque sí por su intensidad- este poema me encantó. Gracias por compartirlo, Asterión.
Y estoy de acuerdo en esa observación sobre la poesía y la prosa de Álex. ¿Será que Álex "se permite" sentir en sus poemas?
Definitivamente Alex habita la poesía de un modo más personal, se deja sentir como decías vos.
Recuerdo al mierdosito que nos vio en bicicleta. Ahora ya sé quién nos tiró esa piedra... ya empiezo a cocinar la venganza, jejejeje.
Por otro lado, hacia 1990 yo empecé a escribir narrativa porque sentí que lo que ahora quería decir no lo podía decir (al menos esa era "mi" limitación) en poesía.
Veo en retrospectiva mis poemas y no me disgustan, pero dudo mucho de que pueda volver a escribir de esa manera.
Gracias a todos y los espero esta noche en el México. (GA, te salvaste de la contrapedrada).
Juan: al menos ciertas partes de sus novelas sí están en las antípodas. La poesía de ´Alex es muy sutil en ocasiones, y arrolladora en otras, pero siempre con delicadeza y contención.
También, es cierto que al conocer al autor, casi que uno puede verlo, escucharlo y sentirlo mucho más ¨cercano¨.
Tavo: hoy Heredia visita a la Liga en el estadio Rafael ¨Fello¨ Meza Ivancovich, en un derroche de poesía futbolera, jaja... (y yo estaré con la ¨chusma¨ en la presentación de un libro gay/lésbico, qué falta de valor cívico y moral).
`Alex: dice Lilya que el poema es una joyita. La piedra para G.A. podés guardarla para la próxima. Y sí, hoy nos vemos.
Saludos a todos y gracias por visitar.
Ironías aparte, creo que tanto en la prosa como en la poesía de Alex hay al menos dos instancias (si asumimos, lo cual puede ser engañoso pero de momento útil) la polaridad adentro / afuera.
Es decir, por un lado, “sentir”, “contención”, “personal”, y por otro, no sé, ¿observar? (contra sentir), ¿dionisiaco? (contra contención), ¿objetivo? (contra personal). Carajo, esto parece sacado del Nuevo Testamento: contra egoísmo, caridad; contra templanza, templazón, y esas cosas. Es el problema de las polaridades; en ese sentido coincido con Asterión en que las novelas también muestran las antípodas.
En fin, asumiento esa polaridad de momento, uno podría contrastar ambas novelas justo por ahí: está la dionisiaca desbordada (lo digo sobre todo como desborde textual) contra la del círculo íntimo de amantes.
Cuando Mauricio Molina escribió un prólogo para la antología del taller, citó algo de Char donde hablaba de 2 mundos, 2 esferas, y el sueño loco de unirlas, las cuales concidían un poco con esta polaridad. Creo que yo intentaría rescatar en Alex no 2 opuestos, sino una tensión. Algo así como aquel personaje de novela que lloró por la muerte de Lady Di, un suceso supuestamente lejano y “externo”.
Entre sus primeros libros, Alex tiene Occidente, el cual tenía una intención histórica, se pensaría exteriorista, pero yo creo que incluso esa tensión ya estaba ahí presente.
Nos vemos en la noche en la antología queer. Vamos, deberíamos pasar más bien a GLBTTTIH, o algo así, ¿no?
Las novelas de `Alex, más allá de acercarse al tema dionisíaco, ciertamente presentan esa dicotomía/tensión entre el espíritu apolíneo y el dionisíaco (aunque él mismo difiera de esta visión nietszcehana de la tragedia griega).
Nota aparte, me quedó sobrando al menos una T y no entendí la I.
Saludos.
No, sobre GLBTTTIH, si yo ando igual de perdido, porque la verdad la cosa va tomando cara de sopa de letras, un poco como la sexualidad es una sopa (y de letras, también, qué coincidencia).
Las 3 T son transexual, travesti y transgénero, la I de intersexual. Las diferencias creo no se explican rápido, seguro meteré la pata, pero un trasgénero, más o menos, siente que pertenece al sexo “opuesto” (que a esta altura uno no sabe bien qué carajos es eso), digamos sexo opuesto biológico, aunque no necesariamente haría el intento de cambiar su cuerpo; el transexual además siente que el problema es también su cuerpo y quisiera cambiarlo, posibilidad más lograda con la tecnología actual.
Un caso que leí por ahí era una noble húngara del siglo XIX (antes de las operaciones actuales) que vestía y vivía como hombre, creo que usaba un pene de cuero o de algún relleno: eso la haría transexual, creo, por el intento de modificar su cuerpo al menos con la prótesis.
Intersexual se refiere a personas con características biológicas de ambos sexos biológicos, como lo que solemos llamar hermafroditas.
Curioso que no preguntaste por la H, porque era de heterosexual, para estar todos juntos ya. Como hoy en la noche.
La tercera T imaginé que era transgénero, pero esa la incluía en transexual, que por lo visto no es lo mismo. No pensé en la H porque en esta sopa de letras la asumí como homosexual, lo cual refleja el habitus, al decir de Bordieu, puesto que metí en el paquete a todos, menos a los heteros. La I sí se me hace nueva.
Y bueno, todos juntos ya...
Aquí yo viendo a ver qué me robo mientras ustedes andan allá transgrediendo géneros literarios y afines con el chico de la sexy bici.
Atte,
Mierdosito
PD: La pegó Juan; lo mío es "timidez ambiental". Eso y vértigo olímpico: fobia de ser el primero.
Ahora yo soy el más confundido de todos. No sé si entrarme pa'entro o salirme pa'fuera.
Mejor me quedo en la puerta, es decir, me pro instituyo, es decir, me prostituyo... de ahí viene la palabrita "prostituta", de quedarse en la puerta atisbando clientes.
Y luego dicen que el arte no es putísimo.
Y por cierto, mierdosito, explicanos eso de que andás ¨robando¨.
´Alex: ¿acaso hay otro tipo de poemas que no sean ¨simples poemas de amor de juventud¨?
Por estar en esa puerta, en la de menos pasan de nuevo y te tiran una piedra, o en su defecto, úede resultar muy placentero.
Y de nuevo, felicidades por la presentación de ayer. Fue un gusto compartir ese momento.
Gracias a todos por la compañía de anoche.
DoctorMente: gracias y bienvenido.
Creo que no sos la única que no conoce personalmente a Alexánder; me late que DoctorMente tampoco.
Saludos.