1. Los narradores, con bastante frecuencia, escriben sobre libros de otros autores. En su defecto, cuando hablan de sus propios libros, lo hacen a través de reseñas escritas por otros autores.
- Los poetas siempre hablan de sí mismos. En su defecto, cada vez que pueden ponen reseñas sobre sus propios libros que otros han escrito.
2. Los narradores se toman el tiempo para redactar extensas reseñas, lo cual está muy bien, y los delata en su buen oficio de narradores. Paralelamente, cuando escriben comentarios en otros blogs, lo hacen también de forma atenta y extensa, lo cual siempre se agradece.
- Los poetas siempre hablan de sí mismos. Paralelamente, no comentan en los blogs de los demás.
3. Los narradores se muestran abiertos a ciertas posibilidades, se ven más “generosos” y, según ellos mismos, no entienden por qué entre poetas siempre hay rencillas.
- Los poetas siempre hablan de sí mismos, no se ven “generosos” y, según ellos mismos, no entienden por qué entre poetas siempre hay rencillas.
4. Los narradores se toman su tiempo. Meditan más los textos. Saben que escribir no es un asunto de “soplar y hacer botellas”.
- Los poetas siempre hablan sobre sí mismos. No meditan los textos. Piensan que escribir es un asunto de “soplar y hacer botellas”.
5. Los narradores son laboriosos. Escriben páginas y páginas.
- Los poetas siempre hablan sobre sí mismos. No son laboriosos y escriben una o dos líneas por página.
Apostilla al punto 5: Eso debería ser denunciado en el mercado del libro como una estafa para los incautos lectores, que pagan cinco mil colones por tres versos (con faltas de ortografía).
6. Los narradores, a pesar de que escriben más en términos materiales, actualizan constantemente sus blogs.
- Los poetas siempre hablan sobre sí mismos y actualizan muy poco sus blogs.
Reflexiones finales: Ante estas evidentes situaciones, he pensado en dos posibilidades: dejar de publicar un blog o convertirme en narrador.
Apostilla a las reflexiones finales: Con las “Reflexiones finales” he demostrado que los poetas siempre terminan por convertir el asunto en uno de tipo personal. Ante esta nueva y pasmosa evidencia, he optado por la “generosidad”, aunque claro, esto no significa que dejaré de criticar con toda la fuerza de la pasión todo aquello que considere “mala literatura”. Claro que esto resultará risible para las hordas poetiles, porque para estas, en poesía todo se vale. Es decir, el subjetivismos en su máxima expresión. Ni modo. Los poetas siempre hablan de sí mismos.
Esta podría ser una explicación de por qué la gente, cuando pregunta a un poeta “de qué son sus libros”, y ante la respuesta de aquel, “de poesía”, esta misma gente plantea: “¿y cuándo vas a escribir un libro de verdad?” (Variantes: un libro entero, una novela, etc.)
Ni modo. Los poetas siempre hablan de sí mismos.
Narradores, por favor, salvad a los poetas de ellos mismos.
* Aplican restricciones. Las características descritas no son privativas de uno u otro sexo. A veces las cosas se dan completamente a la inversa. Válido solo en Costa Rica. Todos los derechos reservados (los izquierdos un poco más liberales).
- Los poetas siempre hablan de sí mismos. En su defecto, cada vez que pueden ponen reseñas sobre sus propios libros que otros han escrito.
2. Los narradores se toman el tiempo para redactar extensas reseñas, lo cual está muy bien, y los delata en su buen oficio de narradores. Paralelamente, cuando escriben comentarios en otros blogs, lo hacen también de forma atenta y extensa, lo cual siempre se agradece.
- Los poetas siempre hablan de sí mismos. Paralelamente, no comentan en los blogs de los demás.
3. Los narradores se muestran abiertos a ciertas posibilidades, se ven más “generosos” y, según ellos mismos, no entienden por qué entre poetas siempre hay rencillas.
- Los poetas siempre hablan de sí mismos, no se ven “generosos” y, según ellos mismos, no entienden por qué entre poetas siempre hay rencillas.
4. Los narradores se toman su tiempo. Meditan más los textos. Saben que escribir no es un asunto de “soplar y hacer botellas”.
- Los poetas siempre hablan sobre sí mismos. No meditan los textos. Piensan que escribir es un asunto de “soplar y hacer botellas”.
5. Los narradores son laboriosos. Escriben páginas y páginas.
- Los poetas siempre hablan sobre sí mismos. No son laboriosos y escriben una o dos líneas por página.
Apostilla al punto 5: Eso debería ser denunciado en el mercado del libro como una estafa para los incautos lectores, que pagan cinco mil colones por tres versos (con faltas de ortografía).
6. Los narradores, a pesar de que escriben más en términos materiales, actualizan constantemente sus blogs.
- Los poetas siempre hablan sobre sí mismos y actualizan muy poco sus blogs.
Reflexiones finales: Ante estas evidentes situaciones, he pensado en dos posibilidades: dejar de publicar un blog o convertirme en narrador.
Apostilla a las reflexiones finales: Con las “Reflexiones finales” he demostrado que los poetas siempre terminan por convertir el asunto en uno de tipo personal. Ante esta nueva y pasmosa evidencia, he optado por la “generosidad”, aunque claro, esto no significa que dejaré de criticar con toda la fuerza de la pasión todo aquello que considere “mala literatura”. Claro que esto resultará risible para las hordas poetiles, porque para estas, en poesía todo se vale. Es decir, el subjetivismos en su máxima expresión. Ni modo. Los poetas siempre hablan de sí mismos.
Esta podría ser una explicación de por qué la gente, cuando pregunta a un poeta “de qué son sus libros”, y ante la respuesta de aquel, “de poesía”, esta misma gente plantea: “¿y cuándo vas a escribir un libro de verdad?” (Variantes: un libro entero, una novela, etc.)
Ni modo. Los poetas siempre hablan de sí mismos.
Narradores, por favor, salvad a los poetas de ellos mismos.
* Aplican restricciones. Las características descritas no son privativas de uno u otro sexo. A veces las cosas se dan completamente a la inversa. Válido solo en Costa Rica. Todos los derechos reservados (los izquierdos un poco más liberales).
Comentarios
Nota al comentario: no todo es absoluto, pero hay verdades que, aunque duelan, hay que tragárselas con más estómago que hígado.
y a lxs narradores por chetos
A. Como narrador que soy.
B. Como poeta que soy.
C. Como persona físicamente amplia que se puede reír MUY ampliamente.
Mientras iba leyendo el texto, no dejaba de pensar en la propia experiencia (recuerden, también soy poeta) que siempre me ha significado escribir en uno u otro género; es un cambio de modadlidad, de modo de pensar, de trasvestirse para hacer otra cosa. Me viene a mente aquel ejemplo en uno de tantos libros rubricados por Jacobo Schifter, en que un hombre, travesti heterosexual, decía que le gustaba vestirse de mujer porque le daba "permiso de pensar de otra manera".
Y bueno, ¡voy por la peluca y la falda porque se me acaba de ocurrir un poema!
Mañana en la crónica roja: Poeta o narrador travesti asesinado a cuchillo limpio por sus más de 30 amigos poetas!!! Policia busca a otra posible víctima apodada "Asterión".
Sentenciero: La única manera que tengo de tragarme cosas muy duras (no me refiero a mis preferencias sexuales) es el lubricante de la desfachatez y el humor.
Falsa tortillera: Y si matamos a todos los poetas y a todos los narradores, ¿quién hablará de nosotros? (Pone cara de auténtica preocupación). jijijij >)
Si tu apreciación resulta acertada, los narradores comentaremos taciturnos y relativizaremos y los poetas simplemente te odiaran en silencio.
Falsa tortillera: sí, que mueran todos. Bueno, casi todos. Como los poetas somos egocéntricos, pido que se me deje vivir un poco más, a mí y solo a mí.
Escatonauta: no he dejado de reírme al leer tu comentario, y me complace haber logrado tu amplia risa, la cual es recíproca al leer tus posts.
Carolina: como dice Escatonauta, en la de menos mañana soy primera plana.
Luis: siempre hay un reglamento en letra menuda, y como siempre, eso termina siendo lo más importante.
También cierto, soy poeta, muy a pesar de todos los costarricenses, que como los venezolanos, son poetas. Saludos desde aquí.
Juan: de por sí esa es la imagen que de mí se han hecho, así que a darles motivo. (No es por nada, pero cuando se provoca es mucho más divertido. Es interesante ver las suscpetibilidades heridas, y eso es muy fácil en Tiquicia).
Efectivamente, los que han comentado son narradores (menos Escato, que es travesti; Falsa tortillera porque es anarca; Luis, que es poeta, porque tiene dos blogs donde habla de él y de otros blogs), así que vemos cómo se cumplen los puntos.
No sé si es un halago o un insulto (soy escaso de intelecto), pero gracias por tu visita.
El post está dirigido, principalmente, a los escasos costarricense que, por algún motivo, saben que soy poeta. Así que ya podrás adivinar el sentido de parodia y autoparodia del texto (nada de represión).
Saludos.
Me ha divertido mucho este post. Al final acabarás siendo un trasunto de Umberto Eco (y por tanto, narrador). Pero es bastante cierto, por desgracia, incluso aquí en España, donde parece que el impulso poético es aparentemente menor (porque las editoriales miran con simpatía al poeta (cuasi)novel, pero publicarle, ni una línea, y pagarle, ni un chavo).
Un saludo!
En fin, como afirma Escatonauta...
en cuanto a poeta... lo reconozno
en cuanto a narrador... lo afirmo
Pero vamos más allá...
Claro, en general, hablamos más de alguien. Un buen pasatiempo: descabezar al prójimo y luego sonreirle.
Pero viéndolo desde el punto de vista más, digamos, físico. No es posible no hablar de sí mismo, aun cuando se hable de los demás, pues el primer y único filtro es la existencia propia.
Simpático esto. Me he divertido leyéndolo. Alguna vez repasaba en una revista que "cada vez la gente lee menos, porque la gente cada vez escribe más".
Yo concuerdo (y firmaría un acuerdo sólo para que rimara) con la fake-lesbian. Acabemos con todos. Luego si no hay quién escriba, no habrá quién lea, y podremos dedicarnos a mirar las nubes pasar, el pasto crecer, a masturbarnos y tener sexo apasionado y promiscuo sobre las aceras cuando nos den ganitas y comer por ahí escuchando gemidos de fondo, incidentales. Yo me apunto desde ya, mientras me dure el brío y la juventud. O mejor: el brío de la juventud y sus tristes mentiras.
Saludos pues muejeres y hombres presentes o lejanos. Acaba de hervir el agua para el café. (Soy de los que lo hace aún con un pedazo de tela que algún día fue blanca) y la guachafita de anoche me ha dejado con el hambre de las orugas.
(Emoticón de sonrisa y risa hambrienta pero nostálgica)
Estas charlas son mejores con algún destilado. No porque se llegue a alguna conclusión sino porque luego, borrachos, ya no se recuerda qué se estaba discutiendo en primera instancia. Y resulta alguien llorando por un viejo amor, un dolido amor o un amor en cualquier caso, forma, medida y dirección.
¡Qué buen café Asterión! Brindemos por los poetas y su retorno en sí mismos y los narradores y su camino recto (aunque bien puede ser curvo) hasta el infinito y...(para los que vieron Toy Story): más allá.
Mista Vilteka: bienevenida de nuevo a esta casa, a la que siempre podés pasar. Espero que el café y las cervezas hayan sido degustadas como corresponde. Es bueno saber que el post te pareció divertido y simpático.
Lo de la cruzada para acabar con narradores y poetas es un plan que debemos elaborar muy bien, así que escucho ideas.
Saludos y gracias por la visita.
Disculpadísimo, Gustavo... Y nos vemos ahora mismo en el presente del blog (un día tendré que escribir algo sobre cómo un blog es una representación del flujo espacio temporal del pensamiento)
Un saludo!