Y a propósito de epígrafes, me arriesgo a poner aquí un texto que fue un intento por hacer un poema de amor, con la frase “te quiero”, que no resultara lugar común. Después de todos estos años, no logro vilumbrar los alcances de tal propósito (ni su éxito).
Pronunciarte
Pronunciarte
Déjame
que con mi última ternura alfombre
tus pasos que se van.
Vladimir Mayakovski
Déjame contarte, querida niña,
que no se me acabe la memoria.
Déjame abrirme en tu carne,
amoldarme a tus huesos,
herirme en tu alma.
Déjame sorber tus ojos
como rodajas de cielo fresco,
y déjame robar
la espina que sube a tu cuello.
Déjame contarte, querida niña,
de mis viajes terrenales
a la gruta del miedo
o al triste pasaje
de mis más guardados recuerdos.
Déjame decirte
que hoy sé de abismales presagios,
de tus manos asustadas
y tu cara de encino.
Déjame tomarte libre de tardes,
de coronas impías coronando tus senos.
Déjame tenerte entre mis labios...
... yo quisiera que oprimieras mis labios,
y así, jamás decirte que te quiero.
(1995)
En Gustavo Solórzano Alfaro, Las fábulas del olvido, San José: EUNED, 2005, p. 37-38.
Comentarios
Creo la forma del poema sí es dramática, pero, irónicamente, las frases y las metáforas son muy dulces (con excepción de la segunda estrofa).
Nota: Felices fiestas para vos también, y para tu gran familia. Voy a agregar "leer La casa de Asterión" a la lista de propósitos de año nuevo.
Al menos en mi caso, al leer los clásicos, me encuentro con el "tú", que de tal forma me pare cerá "normal". Cuando empiezo a desarrollar ciertas nociones, intento vosear; sin embargo, había momentos en los que sonaba forzado. Así, sobre todo en esas épocas, me moví entre dos aguas, e incluso llegué a pasar poemas escritos originalmente con "tú" a "vos", pero entnces había momentos en que se perdía la musicalidad.
Poco a poco he ido incorporando el vos de forma más natural, pero prácticamente todos los trabajos escritos hasta el 2006, los dejé en "tú".
¿Y mi herencia lingüística? Mis padres son voseantes, pero solamente lo usan al hablar con gente mayor, sus familiares, etc. Mis hermanos y yo aprendimos el "usted". No fue sino tiempo después, por una serie de razones, que empecé a vosear. Y ahora, mezclo el ustedeo con el voseo.
¿Ves?, tamaño enredo.
¿La anáfora? Pues como todas: un crácter de refuerzo, de énfasis; en este caso, de súplica, de ruego.
Nota: gracias, aunque no hace falta que hagás listas, como Marco, jeje.
Saludos.
El epígrafe de Mayakovski me parece de una resignación dignificada como la que la mayoría de nosotros mamamos de Sabina antes que de los poetas sin guitarra, pero luego tu poema me pareció exhibir una insistencia en el contacto, la unidad y el no-adiós que no pude reconciliar del todo con Mayakovski. Pero bueno, estas son lecturas particulares.
Creo que el poema está muy bien conceptualizado, pero sí le noto eso que mencionás de la lectura de los "clásicos": un lenguaje que no es el tuyo, sino que asumís de afuera. Y no es que haya que ser radicalmente original; es que, con las palabras, los sentimientos parecen también venir de otro lugar que no sos vos, y el poema así se me vuelve algo inasible.
Respecto a lo de los modales poco efusivos, concuerdo con vos, y sí es algo que extraño, aunque "no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió".
Excepto por ese disco, no soy fan de Sabina, pero si mamé mucha "poesía" a través de la música, solo que yo quería ser Waters, Morrison y Lennon. Ya se me pasó, por dicha, jeje.
Suele suceder con los epígrafes: hay disonancias respecto del texto que preceden. En este caso, toda la razón, el "sentido" de este y el poema no necesariamente concuerdan, y lo usé más bien por deseo y de ahí me agarré para el "déjame".
Y finalmente, volvés a acertar, le guardo especial cariño al poema, y creo que tiene sus logros, pero también debo aceptar que fue un ejercico con fallos que lo pueden hacer sonar "falso".
Lo que sí me suena lugar común son expresiones como: querida niña, amoldarme a tus huesos, herirme en tu alma, sorber tus ojos, déjame tenerte en tus labios...
El título no logro asociarlo con el poema, y el epígrafe tampoco logra transformarse en subtexto, pero claro, en los epígrafes hay pura arbitrariedad, es la manera en que el autor en boca de otro se incorpora y habita sus propios textos... se toleran, a pesar de su casi inutil presencia...
Más bien, en esta época "posmoderna", para muchos sería un orgullo decir que sus poemas exudan como boleros, forjados en la calle, en la cantina...
De los que citás como lugares comunes, acepto "sorber tus ojos". "Herirme en tu alma" y "amoldarme a tus huesos" no los considero como tales. En cuanto a "déjame tenerte entre mis labios", responde precisamente al ejercicio, la frase es común para decir "te quiero", aquí se usa por oposición: mientras sus labios estén ocupados, no proferirá las palabras "malditas".
Tenés razón en cuanto al epígrafe: es todo lo arbitrario que suelen serlo, y como le decía a G. A. Chaves, solamente me agarré de la palabra "déjame" como pretexto para arrancar.
En cuanto al título, es un juego. Uno pronuncia palabras, no personas. Aquí intenté jugar con la idea de que el lenguaje es performatvio, e infinitivos como "amar" o "querer" lo son, es decir, en tanto se enuncian, realizan su acción, comprometen. Por ello, el hablante lírico no desea decir "te quiero", porque eso no son solamente palabras, es compromiso, y una vez pronunciadas, no hay vuelta atrás. También, hay un intertexto génesico, bíblico: el tú lirico existe porque es pronunciado, dicho, es una palabra, igual que la creación divina.
Saludos.
;-)
Sinceramente, ahora no recuerdo si pensé en todo eso mientras escribía. Creo que no. Lo que sí te puedo asegurar es que todo eso que he dicho es meramente mi lectura, como la de cualquier otro.
Saludos.